Cuando México obtuvo en 1821 la independencia política de España vivió contradicciones para escoger entre posiciones liberales o conservadoras sobre un gobierno republicano o imperial, entre los modos de organización federalista o centralista y bajo la influencia francesa, inglesa, española y estadounidense.
En esta nueva era la Madre Patria no ordenó ya lo que se podía o debía leer, y hubo nuevos actores que propiciaron intercambios intelectuales y transferencias culturales a partir de la circulación de ideas y soportes materiales que dio origen a procesos dinámicos de canje y adaptaciones propias del mundo occidental que conformaron la nueva nación.
En el año de 1848 el músico y periodista francés Alfredo Bablot emigró a México, fue un gran conocedor de la gráfica satírica francesa -referencia internacional del uso de la caricatura en un contexto político- en los periódicos de La Caricature y Le Charivari , fundó el periódico El Telégrafo que circuló entre 1852 y 1853, y, a partir de los ejemplares que trajo consigo y los que recibió, adaptó las imágenes de los caricaturistas franceses Daumier, Vernier, Gavarini, entre otros, con el dibujo de Herculano Méndez y el sentido propio de los contextos políticos nacionales.
La historia del general romano Belisario, quien después de haber salido victorioso en varias guerras cayó en desgracia por intrigas políticas y terminó como mendigo, fue representada en la caricatura publicada el 18 de mayo de 1851 en Le Charivari, y posteriormente adaptada en El Telégrafo el 7 de abril de 1852 con el título de Un nuevo Belisario, y dónde el "Belisario hembra" fue la República Mexicana sumida en la miseria, llorosa, marchita y andrajosa que descansaba en Mariano Arista -primer presidente mexicano nacido en México-, quien sostenía un letrero que decía "una limosna Señores, por Dios" dirigido a sus prestamistas y a los miembros del Congreso que le dieron la espalda.
La Orquesta fue otro de los periódicos inspirados en la gráfica francesa; su primer redactor, Carlos Casarín, adoptó el seudónimo de Roberto Macario que fue el personaje que Daumier creó para dar voz a sus pensamientos en Le Charivari; el primer número salió el 1 de marzo de 1861 y el último el 26 de septiembre de 1877, y en ellos el bisemanario testificó y representó en sus caricaturas acontecimientos de la intervención francesa, del Imperio de Maximiliano, de la República Restaurada (Juárez y Lerdo de Tejada) y de la llegada de Porfirio Díaz (al que vislumbró como un dictador) al poder.
Las editoriales de La Orquesta giraron alrededor de la caricaturas realizadas por Constantino Escalante hasta octubre de 1868, cuando murió, y luego escribieron los también célebres caricaturistas Santiago Hernández, José María Villasana y Jesús Alamilla; todos ellos se valieron de distintos elementos para distinguir a algunos de los personajes como las copas o botellas para identificar al ministro francés Saligny , o el toro a las espaldas de Ignacio Comonfort, o la vestimenta de indígena en Juan Nepomuceno Almonte y otros símbolos cuyo significado reconocemos fácilmente alrededor de la silla presidencial, de las carteras ministeriales, de las tijeras censoras o de la venda en los ojos.