Una pequeña mesa, dos bancos y una reja de plástico donde guarda las pinturas, lijas, pinceles y más herramientas, son suficientes para que Janeth Mena se encargue de recuperar “la vida” de las imágenes religiosas. Aprendió a restaurarlas gracias a su madre María de la Luz, quien fabricaba imágenes de yeso y ella le ayudaba a pintarlas.
Una pequeña mesa, dos bancos y una reja de plástico donde guarda las pinturas, lijas, pinceles y más herramientas, son suficientes para que Janeth Mena se encargue de recuperar “la vida” de las imágenes religiosas. Aprendió a restaurarlas gracias a su madre María de la Luz, quien fabricaba imágenes de yeso y ella le ayudaba a pintarlas.
Durante estas fiestas cobra relevancia el difícil oficio de restaurar las imágenes y, en el caso de la joven, dice que desde mediados de octubre y hasta la primera semana de enero permanece en su pequeño negocio al interior del Mercado Municipal de Francisco I. Madero, cuyas jornadas son de casi 12 horas y afirma que la gente ya la conoce, ya que se ha “corrido” la voz del trabajo que hace. “A la gente le gusta como quedan sus imágenes y por eso me recomienda”, dice.
Cuenta que la habilidad que desarrollo dese muy joven le han permitido restaurar una imagen de tamaño real de la Virgen de Guadalupe, de la iglesia del ejido San Niño, la cual estaba partida en dos.
Janeth menciona que tenía alrededor de 18 años cuando empezó a ayudar a su mamá en su pequeño taller que puso en un “tabarete”, en la comunidad donde vivían. Ahí ofrecían las imágenes de santos, figuras del sol, de la luna, entre otros tipos de esculturas que hacían, incluso dice que todavía conserva los moldes, pero debido a que su tarea era solo pintarlos, al fallecer su mamá ella no continuó fabricándolos.
“Desperdiciábamos mucho yeso porque no sabíamos” dice, pero la constancia las llevó a mejorar su trabajo y en una ocasión su mamá hizo un San Judas y le dijo que le había quedado muy bonito y fue cuando se involucró más en el negocio.
Dice que le ha tocado rehacer los “santitos”, ya que hay personas que los llevan hechos pedazos, pero debido a que los han heredado por varias generaciones, tiene un gran valor sentimental.
Janeth dice que aunque hay trabajos que le toma muchas horas, debido a que prácticamente tienen que rehacer las figuras, lo más caro que cobre son 250 pesos y lo menos 40 pesos.
“Lo más fácil es hacerles las manos o los pies y no les cobro caro, aunque son trabajos muy laboriosos, de hecho no cobro caro, por eso la gente me busca”.