
(CORTESÍA)
Se enlaza de manera virtual desde la librería Pérgamo, en Madrid. Dice que anteriormente sostuvo una entrevista sobre la muerte de Raúl Padilla López, presidente de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, suceso ocurrido el pasado domingo y al que calificó de lamentable. El escritor mexicano Jorge F. Hernández conversa con El Siglo, pues ha publicado Cochabamba (Alfaguara, 2023), una historia almacenada en su memoria durante 22 años, un relato sobre la madre boliviana de Xavier Dupont que el mismo diplomático francés le confió como muestra de amistad.
“Me dijo que quería que escribiera la historia de su madre. Yo dije: ‘Bueno, habrá qué ver lo que hizo la señora’. Cuando me contó lo que me contó, vi que había algo, que había mucha miga. Igual me aventaba un cuento, pero no sabía realmente qué hacer”.
En agosto de 2021, Jorge F. Hernández fue cesado como Ministro de Asuntos Culturales de la Embajada de México en España. Entonces, aprovechó su desempleo para acudir a viejas libretas y reencontrarse con la narrativa sobre la madre de Dupont. Dice que solía compartirla durante conferencias en universidades y que también lo hizo en un encuentro con Gabriel García Márquez y su esposa Mercedes Barcha Prado, a quienes dedica su novela.
“Es una manera de despedirme de ellos y de agradecer muchas cosas que hicieron por mí, entre otras cosas, que sus hijos son mis mejores amigos. Fui a su casa, como acostumbraba con frecuencia, y antes de contarles el relato a mis papás, se los conté a ellos, porque esta parecía una historia a la sombra del Amor en los tiempos del cólera. Mercedes, al principio me dijo: ‘¡Escríbela ya! Agarra las libretas y ponte a trabajar’. Quizá me tocó ver lo que ella hacía con Gabo, que todos sabemos que el trabajo detrás del trabajo de Gabo era precisamente ella. Sin embargo, Gabo me dijo en esa misma sobremesa: ‘¡Carajo! Si la vuelves a contar como la acabas de contar aquí… pero verás que cuando cuentas las cosas tienen variantes’. La lección que dio él, que luego la confirmé con Eliseo Alberto, es que cuando tu narras algo más de dos veces, sin mayores alteraciones, ya ponlo en tinta porque ya la tienes muy masticada”.
Cochabamba aborda, en 164 páginas, la historia de Catalina, una mujer boliviana que es llevada a Francia a los 16 años de edad. El autor eligió el formato de la novela corta porque le interesa ser conciso en sus textos. Ha descubierto que el arte de escribir depende también del arte de desescribir.
Resalta que el libro no muestra ninguna fotografía que revele visualmente el aspecto de Catalina. El autor propone que la protagonista sea “pintada con palabras” y sostiene la hipótesis de que “toda mujer en algún momento de su vida sabe que es la mujer más hermosa del mundo”. El hecho de que las palabras funjan como pinceles, permite que el lector se imagine a Catalina y pueda relacionarla con alguna integrante de su propia familia.
“Además, a la hora de hablar de Catalina, nadie hablaba de ella como su hijo Xavier. Era realmente contagioso. Y lo digo en la novela, Xavier tenía una capacidad de proyectar sobre el mantel las imágenes que iba narrando de manera bastante hipnótica. Ojalá yo haya logrado poner en tinta el tipo de rollo con el que me dejó perplejo”.
En su narrativa, Jorge F. Hernández realiza saltos de tiempo. Muestra al lector su encuentro con Xavier Dupont y, sin aviso, lo traslada a las memorias del diplomático. Se trata de un vaivén en párrafos y frases, con el fin de ser lo más fiel posible a la conversación original.
“Te agradezco que lo señales y eso creo que dice que he sido buen aficionado al cine. A mí el cine que me gusta es el que va y viene, pero sobre todo que he sido un buen lector de historias contenidas dentro de otras historias, desde El Quijote. Es decir, a mí lo que me gusta es que me vayas narrando una historia y de pronto brincas. Como hacían las abuelas, que ya te estaban contando otro cuento y luego son capaces de regresar al cuento con el que empezaste”.
Por último, sobre su interés por el personaje de Catalina, indicó que le alegra haber publicado la novela en un tiempo donde las mujeres han logrado la conquista de libertad. Su libro trata de escribir, en blanco y negro, cómo una mujer de 16 años sale de rígida cuadrícula del patriarcado más autoritario y abre sus alas en Francia.