La política es un pacto con el diablo, y el diablo se llama Henry Kissinger. Político de largo aliento, asesor de altísimo nivel, artífice de política internacional, mediador, belicista y prolífico autor. Su legado marcó la segunda mitad del siglo XX y sus palabras todavía se escuchan en la actualidad. El pasado 27 de mayo, cumplió cien años. A la distancia, su influencia desde el poder y detrás del poder, lo convirtieron en una leyenda con rasgos brillantes y también siniestros. Icono de la política mundial, acercó en una misión secreta a Estados Unidos con China en 1971, a fin contraponer el poderío de la Unión Soviética. ¿Algún parecido con la actualidad?
Para 1973, fue mediador del conflicto entre Israel y Egipto, tras la guerra del Yom Kippur. A partir de su posición, lo mismo incitó la guerra que la paz. De esa manera, cuando la campaña de Estados Unidos contra Vietnam, se convirtió en fracaso insostenible, operó el proceso de pacificación. La historia se repitió en Irak y Afganistán.
El político de origen alemán (nació en 1923), nacionalizado estadounidense, recibió el premio Nobel de la Paz junto al diplomático vietnamita Le Duc Tho. Tan cuestionado el premio, que mejor no fue a recibirlo. Así de absurda es la política donde el poder es desmedido. Dicho de otra manera, la gran institución sueca, reconoció al promotor de guerras, masacres y golpes de estado.
Asesor de Seguridad Nacional de Richard Nixon y después, Secretario de Estado, promovió intervenciones en Latinoamérica, en particular, apoyó la dictadura de Augusto Pinochet en Chile. Por cierto, los documentos de esas decisiones, son públicos. El polemista hasta la médula, Christopher Hitchens, acusó a Kissinger de ser criminal de guerra, que debía ser juzgado como Pinochet o Slobodan Milosevic. Si bien, hubo varios intentos por llamarlo a cuentas en diferentes cortes, quedó intocado.
Pero los políticos de estado se mueven en ámbitos oscuros. Maquiavelo vio con claridad que los hombres públicos no tienen la moral de los hombres privados. Para bien y para mal, el politólogo, marcó una larga época. Kissinger es idolatrado lo mismo por republicanos o demócratas. En Estados Unidos, esa diferencia es un decir, porque la política exterior conserva la misma línea, aunque ahora está mermada por el poderío chino. Al respecto, el polémico político dedicó un denso libro escrito en primera persona, para comprender la historia de China y su relación diplomática con Estados Unidos. Con toda su pericia, advierte que no es conviene una confrontación con el gigante asiático.
Su más reciente libro, Liderazgo, seis estudios sobre estrategia mundial (2022), aborda los casos de Konrad Adenauer, Charles de Gaulle, Richard Nixon, Anwar Sadat, Lee Kuan Yew y Margaret Tacher. Nos dice que "las instituciones necesitan liderazgo para ayudar a las personas a ir desde donde están a donde nunca han estado y, a veces, a donde apenas imaginan que pueden llegar. Sin liderazgo, las instituciones pierden el rumbo y las naciones se exponen a una irrelevancia cada vez mayor, y en última instancia, al desastre".
Pragmático, regresa al punto del argumento: "Estas páginas tratan de líderes que en la infinita disputa entre lo deseado y lo inevitable, comprendieron que es la agencia humana lo que convierte en inevitable aquello que parece serlo. Son importantes porque fueron más allá de las circunstancias que heredaron, y así llevaron a sus sociedades hasta la frontera de lo posible".
Destaca el papel del presidente Richard Nixon, quien sacó una lección de su experiencia en la Segunda Guerra mundial: "su país debía desempeñar un papel más importante en el orden mundial que nacía entonces. A pesar de ser el único presidente estadounidense que ha dimitido de su cargo, entre 1969 y 1979, modificó las tensiones existentes entre las superpotencias en lo peor de la Guerra Fría, y sacó a Estados Unidos de la guerra de Vietnam. De paso, situó la política exterior estadounidense en una posición global y constructiva, abriendo las relaciones con China, iniciando un proceso de paz que transformaría Oriente Próximo y haciendo hincapié en un concepto de orden mundial basado en el equilibrio".
Otro libro reciente e inquietante, La era de la Inteligencia Artificial (2021), expresa serios cuestionamientos al impacto tecnológico y el futuro de las sociedades. Por momentos, da la impresión que Skynet (en Terminator), no es ciencia ficción. El texto está escrito con el ex director de Google, Eric Schmidt, y el decano del MIT, Daniel Huttenlocher. Aquí paramos, con las luces y sombras de un hombre centenario.
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