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La Columna de Rosell

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RAFAEL ROSELL

Joey Porter jugó para los Acereros de Pittsburgh, fue seleccionado por Steelers en la tercera ronda del draft de 1999, ganó con Pittsburgh el Super Bowl XL contra los Seahawks de Seattle, después jugó para Delfines y Cardenales, se retiró, agarró chamba como coach de la estatal de Colorado donde solo estuvo un año para volver a la organización acerera como asistente de la defensiva.

Después fue coach de linebackers hasta el 2018. Este año fue invitado por su excompañero Hines Ward head coach de los Brahmas de San Antonio de la XFL para ser su coach de linebackers. Porter sin duda dejó su huella con los Steelers como jugador y como coach asistente. El pasado viernes su hijo, Joey Porter Jr. de 22 años, esquinero de la Universidad de Penn State fue seleccionado en la segunda ronda del draft por los Steelers para continuar con el legado de los Porter con el equipo de oro y negro.

Siguiendo con la NFL, después del impacto que causó el contrato que las Águilas de Filadelfia le dieron a Jalen Hurts, el joven mariscal de campo de 24 años que va a ganar 255 millones de dólares en 5 años, es decir 51 melones por año convirtiéndose en el jugador de la NFL mejor pagado de la historia, pero, días después vino otro quarterback que su equipo no quiso correr riesgos en perderlo como fue el caso de Hurts con "Fila", hablamos de Lamar Jackson y los Cuervos. Baltimore le dio un contrato a Jackson de 260 millones por también cinco años, que se traducen en 52 millones por año superando a Hurts, ahora Lamar es el mejor pagado de la historia.

Y uno se pone a pensar, ¿qué le van a ofrecer a muchachos de enorme talento como Joe Burrow de los Bengalíes de Cincinnati, Trevor Lawrence de los Jaguares de Jacksonville o Justin Herbert de los Cargadores de Los Ángeles? ¿300 millones? ¿60 por año? Una locura, pero todos sabemos de la importancia de tener un muy buen mariscal, es fundamental y su importancia se siente cuando precisamente lo pierdes, ya sea por una lesión seria o por no poder retenerlo por falta de cuantiosos recursos. Quizás exageramos (pero no mucho) cuando creemos que un gran quarterback tiene la importancia de un pitcher estrella. Cuando no cuentas con ellos tus posibilidades de ganar se reducen drásticamente, así de fácil.

De ahí que las franquicias con años de anticipación estén haciendo malabares para poder retener a sus quarterbacks estrellas sin menoscabar al resto del equipo. Si seleccionas a un talentoso chavillo ya sabes que tendrás que retenerlo tarde o temprano convirtiéndolo momentáneamente en el mejor pagado de la historia. Luego vendrán nuevos contratos y la danza de los millones a todo lo que da. Da la impresión que los muchachos estos, solo están esperando qué contrato le ofrecen a su colega para pedir más, aunque sea un poco más.

Mis Acereros tienen su apuesta en Kenny Pickett que para nada se puede incluir en la lista de Hurts, Jackson, Burrow, Herbert y Lawrence, pero al estilo de Pittsburgh buscan un nuevo Big Ben, que con el paso de las temporadas se convierta en una estrella, no de impacto inmediato como los otros mencionados, pero adquiriendo cada vez más experiencia y recursos ser un miembro de la elite de mariscales de campo de la Liga. Al menos ese es el plan, Pickett en los últimos juegos de la temporada pasada dio atisbos de lo que puede llegar a ser. Al menos esa es la apuesta de los seis veces ganadores del Súper Tazón, el tiempo lo dirá.  

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