La melodía fílmica de José Luis Saturno
Un cineasta lagunero ha llevado su cortometraje en stop motion a las pantallas de 44 ferstivales internacionales. La melodía torrencial arrecia con imágenes cuyo afluente constituyen más de una década de trabajo.
Presentó su primer cortometraje titulado El mimo y la mariposa negra sobre la pantalla de un festival en Bari, Italia. Más tarde, el cineasta lagunero José Luis Saturno se encontró conversando con el acordeonista Robin Servant. Era julio de 2011. Estaban sentados frente a la enorme fachada blanca de la iglesia de San Nicolás. Rayaba la tarde y sobre la plaza desierta el acordeón comenzó a emitir sonidos. “¿Qué es eso?”, preguntó Saturno. “¿Qué es eso?”, como si un personaje de Juan Rulfo preguntara por el ruido ese. “Nada”, fue la respuesta que le dio el músico. “Nada, sólo unos ejercicios de calentamiento”.
José Luis refutó, le indicó que el sonido era algo más, que aquello se convertiría en los acordes de su próxima película. Para obtener pruebas decidió sacar su cámara e hizo algunas tomas del instrumento. Enfocó. Filmó. Cortó. La plática continúo y los dedos del acordeonista se volvieron a extraviar sobre teclas y botones. “¿Qué es eso?”, Saturno no se cansaba de arrojar preguntas. “¡Ya te dije! ¡Acordes de ejercicios, idiota! No todo es una canción”, Servant no se cansaba de apostar por la lógica.
Pero el lagunero no renunció a la mayéutica. “¿Estás bromeando, imbécil? ¿Estás bromeando?”. Entonces le pidió al músico que uniera esa melodía con la anterior, que las pegara como dos fotogramas en un montaje a mano, como si fueran engranes de una futura maquinaria. Servant accedió, comenzó a tomar ritmo y animó el semblante. “¡Sí, sí! ¡Funciona!”. En ese momento Saturno se puso de pié y ante la plaza vacía compuso en voz alta un poema: “Cada nota de mi acordeón / la ansiada humedad atraerá / las nubes le rodearán / atraerlas puedo / contenerlas no / y no podré parar de tocar hasta la canción terminar”.
“¿Qué acabas de contar?”, se invirtieron los papeles: ahora el acordeonista recurría a las preguntas. Saturno contestó que lo ignoraba, que su imaginación sólo le permitía ver mucha lluvia y gente muerta. Con la noche avanzada, se volvieron a reunir, siguieron tocando y escribiendo. Dejaron el poema al noventa por ciento. Después el cineasta tomó un vuelo a Montreal, (ciudad donde reside desde 2004, cuando se mudó para estudiar Animación Fílmica en Concordia University), y se arrojó a la escritura de un nuevo guion. Lo tituló La melodía torrencial.
Creación
Tiempo, espacio y causalidad son las coordenadas que el cine extrae de la realidad para su organización artística. El espectador se pierde en el relato cinematográfico porque en él se retratan emociones. Su cantera es la mente humana y el proceso puede pensarse como una ventana por la cual es posible ver el mundo. Lo dice el cineasta Andrey Tarkovski en Esculpir el tiempo: “…es crucial que una puesta en escena, más que ilustrar una idea, capture la vida”.
Desde los cuatro años de edad, José Luis supo que quería hacer cine. La técnica de animación stop motion fue la primera que conoció gracias a la serie infantil Gumby. En su carácter táctil percibió una serie de ventajas y posibilidades, un terreno para recorrer en veinticuatro fotografías por segundo. Aunque tampoco es ajeno a otras técnicas como el live action.
“Mi interés siempre estuvo más apegado a contar historias que a decir: vi esta película y quiero hacer algo como eso. Siempre fue más bien: me gusta contar historias y de ahí avanzo. Me imbuí mucho de pintura, literatura y, naturalmente, cine. Pero si tuviera que decir qué tuvo más influencia en mí, yo diría que el libro Macario, de Bruno Traven”.
Tras volver de Italia, pisó Montreal con la cabeza hirviendo en ideas. Terminó el guion, hizo el story board y el animatic (una serie de imágenes semifijas que se emplea pare prever el resultado del filme). Después buscó apoyos económicos en distintas instancias. Pero nada, absolutamente nada, ninguna respuesta afirmativa. Al lagunero no le quedó más remedio que resignarse y pagar el proyecto de su bolsillo.
La limitación de recursos lo hizo tomar decisiones más pausadas. Avanzó a cuentagotas, con el trazo de una meta anual. Así consiguió la marioneta, los materiales para construir escenarios e incluso la voz del actor de doblaje Gabriel Chávez. Terminó de filmar en 2020, luego inició con la postproducción. En toda oscuridad hay una luz, en este caso, luz de cine.
Estreno nacional
Viernes 19 de agosto de 2022. Han pasado once años desde que inició el proyecto de La melodía torrencial y la película por fin tendrá su estreno nacional en la décima octava edición del Festival Internacional de Cine de Monterrey. Antes logró su debut mundial en el Animafest Zagreb, Croacia y se anotó una proyección más en el Festival de Montreal, Canadá. Para Saturno, ver su obra en la pantalla es la prueba más fehaciente de que ha terminado un proyecto.
Son casi las siete de la noche, el director lagunero aguarda afuera de las salas que integran la Cineteca Nuevo León, un viejo edificio de ladrillo rojo que alguna vez perteneció a la Fundidora Monterrey. Conversa con un animador regiomontano que se acercó a saludarlo. El programa indica que su filme alinea en la proyección colectiva Bajo cielos dorados, junto a otros siete proyectos de mirada mexicana.
Ya dentro de la Sala 2, las luces reducen su intensidad. El proyector dispara imágenes sobre la pantalla. Los cortometrajes desfilan uno tras otro, cuadro por cuadro. En el cuarto lugar aparece La melodía torrencial. Un timbre de acordeón comienza a envolver la sala mientras surge el logotipo de Enjambre Hexagonal, la productora independiente fundada por el propio Saturno. Hay una breve cortina a negros, silencio de imágenes que cede ante el resplandor que ilumina despacio la figura del acordeonista.
Gabriel Chávez es quien recita el poema escrito en Italia. Su voz grabada en Torreón da ritmo a las fotografías en movimiento. Tiene una tesitura árida, de tono ocre, como el paisaje que describe: un pueblo padece los estragos de la sequía y estaciona sus esperanzas en la música de un forastero capaz de atraer el agua. ¿Quién en su sano juicio se atreve a contradecir a la naturaleza? Hay que ser demasiado necio para creer que los milagros se dan, que arribará un salvador y desde la cima del cerro más alto llamará a un río de nubes para que se desplome sobre la tierra agrietada.
Este mundo de siete minutos animado en stop motion es resultado de los estudios que Saturno realizó sobre la pintura barroca y simbolista. Para crearlo, depositó su confianza en la animadora Sylvie Trouvé, quien también fungió como directora de fotografía. Mientras que los efectos especiales corrieron a cargo de Jack Carr, el storyboard por Yann Ben Alluch, la producción por Paloma Cabrera, la música por Robin Servant y el sonido directo por el también lagunero Alejandro Iduñate, entre otros colaboradores.
La película señala también la escasez de agua, un tema con extraordinaria vigencia, para hablar de cómo la fe resiste a pesar de estar herida. En una de las escenas se muestra cómo una lápida en forma de cruz cae al suelo y, en la tormenta que desata el acordeonista, un rayo impacta a otra cruz de metal que corona uno de los campanarios de la iglesia. Tras la inundación, sólo unas viviendas y el imponente templo se asoman sobre la alfombra de agua que ha cubierto el valle.
Quien anhela en exceso es aplastado por el mismo anhelo. Al pueblo de La melodía torrencial el llanto del mundo se le vino encima. Se advirtió en el poema: el músico no podría contener el diluvio. Pocos, sólo pocos fueron capaces de sobreponerse. Ahora saben que incluso la esperanza ahoga. Al sobrevivir, hay que nadar rumbo a un bote para volver a pescar en ella.
El domingo de enero de 2023, La melodía torrencial fue proyectada en dos funciones gratuitas en el Teatro Nazas de Torreón. Alrededor de quinientas personas pudieron vivir su experiencia y participar en un conversatorio con su director. Hasta el momento, la película ha obtenido múltiples premios y mostrado en países como México, Croacia, Estados Unidos, Francia, Alemania, Holanda, España, Canadá, Italia, Japón, Inglaterra, Gales, Irlanda, Suiza, Islandia, Argentina, Uruguay, Brasil, Perú y Grecia.