El aislamiento que trajo consigo la pandemia popularizó las interacciones por medio de internet; los infantes, adolescentes, jóvenes y en general las personas de cualquier edad cambiaron su forma de relacionarse debido a que querían evitar el contacto físico para no contraer la enfermedad, así que el internet se convirtió en la opción no sólo predilecta, sino casi la única posible.
En este contexto, una de las formas de comunicación preferidas por la juventud son las redes sociales; plataformas como Instagram, WhatsApp, TikTok, entre otras, fueron las más usadas. Según Statista, una empresa especializada en datos de mercado, TikTok fue una de las redes sociales que mayor crecimiento tuvo durante la pandemia, con un 180% de aumento en usuarios registrados con edades entre 15 y 25 años.
Este mismo grupo demográfico se vio afectado por el aislamiento. Padecimientos como la ansiedad y la depresión fueron originados o exacerbados por el encierro; dado este panorama, resulta lógico pensar que los jóvenes, al estar resguardados en sus hogares, con escaso acceso a profesionales calificados en salud mental y limitando sus interacciones sociales y familiares, buscarían ayuda a sus problemas por medio de redes sociales.
El hashtag #saludmental tiene miles de millones de menciones en TikTok y billones de visualizaciones de acuerdo a las estadísticas de la misma plataforma; diversos influencers han optado por incluir en sus videos información y experiencias propias y de personas cercanas respecto a la salud mental, en los que abordan condiciones de salud como tics funcionales, autismo, trastorno por déficit de atención con y sin hiperactividad, trastorno límite de la personalidad, trastorno de identidad disociativo, trastorno obsesivo-compulsivo, entre otros.
No obstante, la información que comparten los también llamados "creadores de contenido" no se limita a compartir experiencias; también hablan sobre sus síntomas y tratamientos, e incluso llegan a facilitar listas de verificación de síntomas para que quienes los ven puedan decidir si cumplen o no con determinada condición de salud mental, y es aquí donde se complica el problema.
Los jóvenes recurren a plataformas como TikTok e Instagram en busca de orientación y apoyo, ya que creen que pueden estar experimentando alguna condición o enfermedad mental, y en los contenidos de redes sociales sobre salud mental creen encontrar condiciones que parecen coincidir con las suyas, lo que representa un gran problema, ya que se autodiagnostican y actúan en consecuencia sobre lo que creen padecer.
El problema se puede agravar si estos mismos jóvenes evitan buscar ayuda profesional, ya que se estima que más del 80% de los contenidos en salud mental que circulan por TikTok son falsos y sólo alrededor de 20% de los tiktokers que abordan este tema cuentan con formación profesional que los acredita como profesionales de la salud mental.
Por lo anterior, profesionales de la salud mental, académicos padres y madres de familia coinciden en lo importante que es la atención oportuna y de calidad para los jóvenes.