El pasado 3 de abril del año en curso, se celebró un aniversario más de la llamada "Toma de Torreón" por las fuerzas del gran revolucionario Francisco Villa, quien dirigió a los contingentes de diez brigadas revolucionarias, que utilizando como medio de transporte el ferrocarril, partieron de la ciudad de Chihuahua la tarde del 16 de marzo de 1914, habiendo acordado como punto de reunión la estación de Yermo, Durango, para de ahí partir a través de varios poblados y rancherías al punto que se habían propuesto tomar.
De la gran batalla de Torreón, destacaron algunos puntos con los que se reveló el gran estratega que era el brazo armado de la Revolución, pues él mismo, después de que en los carros del ferrocarril en los que se transportaba el armamento y las municiones, organizó varios carros en los que se transportaba una brigada sanitaria, compuesta por médicos, enfermeras, farmacéuticos, camilleros, instrumentos quirúrgicos y en fin, un hospital completo, además de ambulancias para el traslado de heridos, algo que en el movimiento revolucionario no se había visto.
Es de resaltar el hecho de que aparte de los comandantes de diez brigadas que participaron en la batalla, acompañaba a Villa un gran militar, el general Felipe Ángeles, quien fue el gran estratega en los combates que se efectuaron, principalmente lo correspondiente a la artillería. Como parte de su artillería, los revolucionarios contaron con dos cañones conocidos como "El Niño" y "El Chavalillo", éste último cañón los federales lo habrían bautizado como "El Rorro", pero al apoderarse las fuerzas del pueblo del mismo, le impusieron el nombre de "El Chavalillo". Las brigadas y sus jefes llegaron al punto de reunión el 18 de marzo, dando inicio las batallas de las que resaltamos que el general Villa, asesorado por el general Ángeles, procedió a pedir la rendición de la plaza de Gómez Palacio y Torreón, a fin de evitar pérdidas humanas, sin tener respuesta.
El sitio de Torreón se inició el 28 de marzo hasta el día 3 de abril, que los revolucionarios entraron a Torreón, destacando el hecho de que el general Villa, ordenó que se prohibía el saqueo y que quien realizara alguno sería ejecutado, lo que evitó el desorden y el saqueo, así mismo Villa al ver la suciedad y desorden que prevalecía en las calles de la ciudad, ordenó poner avisos en las esquinas de las calles, ordenando que, "todo propietario o habitante de una casa, tenía la obligación de asear la parte externa, la banqueta y el pedazo de calle que le correspondiera, y en caso contrario sería multado con cien pesos".
Digno de mencionar es lo dispuesto por Villa al tomar Torreón y designar al ingeniero Andrés L. Farías como presidente municipal, en el sentido de sugerirle que se construyera un gran monumento a don Benito Juárez, en la llamada hoy plaza mayor, así como el inicio de la construcción de lo que debería de ser la presidencia municipal, de igual manera ordenó se construyera un mercado de abasto, el cual se construyó por la avenida Allende, entre las calles Leona Vicario y Ramón Corona, el que dio servicio a la población de Torreón por 90 años, pues al construirse la nueva presidencia municipal desapareció. Lo narrado es solo parte de lo acontecido en tan significativa batalla, en la cual se dio inicio al triunfo del gran movimiento revolucionario de 1810.