El huracán Otis, categoría 5, desató su furia, descargando su ira en la población del puerto-ciudad de Acapulco, el fenómeno meteorológico dejó sentir su fuerza destructiva ante la impasibilidad de autoridades de todos los rangos y niveles.
No cabe duda que son las tragedias las que distinguen al burócrata del estadista. En el caos provocado por el huracán Otis en los municipios de Acapulco y Coyuca de Benítez, estado de Guerrero, las autoridades responsables se comportaron como asustados burócratas al tardarse en tomar decisiones que la situación reclamaba urgente y esto queda perfectamente ilustrado con la incomprensible decisión del primer mandatario de viajar por carretera, elegantemente vestido, como si asistiese a una fiesta, rumbo al Puerto de Acapulco "a enterarse de la situación", quedando varado por mas de 7 horas al encontrarse bloqueado el camino por los deslaves, de lo cual estaba perfectamente enterado el Ejecutivo, cuando pudo haber abordado un helicóptero que lo llevara rápidamente a la tierra del dolor y desesperanza, situación que para algunos críticos se interpreta "como que no quería llegar a la zona del desastre".
Lo más criticable es que aprovechándose de la caótica y lamentable circunstancia en que se debatía la población acapulqueña, sin agua potable, sin energía eléctrica, ni víveres, ni medicamentos, ni productos de limpieza, artículos básicos de aseo, sin dinero, la gente desesperada se lanzó a asaltar los comercios en búsqueda de los satisfactores que calmaran su necesidad alimenticia.
Ante este panorama la autoridad quiso y quiere que sea Morena la que distribuya el apoyo protegido por el ejército y la marina en una clara y patética demostración de que es esta organización política, que es la del presidente, única instancia que se preocupa por rescatar la población guerrerense de las pésimas condiciones en que se halla; todo esto con el propósito bien definido para ganar votos en la próxima elección federal.
Esto no es otra cosa que aprovechar la circunstancia que vive la gente del estado de guerrero con fines electoreros, o dicho de otro modo traficar con la tragedia como un instrumento ideologizante, lo cual es reprobable desde cualquier punto de vista. Se adivina claramente el propósito morenista: ganar la voluntad de los sectores para fines electorales.
Circulan en redes sociales videos que muestran a elementos de la Sedena, de la Marina, de la Guardia Nacional impidiendo que lleven a Acapulco apoyos en especie y en efectivo para los damnificados, argumentando los militares que las "ordenes que tienen es de no permitir el paso a personas y asociaciones que quieren ayudar y colaborar en el rescate de ese hermoso puerto"; emblemático del turismo mexicano y fuente generadora de ingresos para la hacienda pública.De ser auténticos los videos que se difunden por los celulares, y si hemos de hacerles caso, la postura que debe asumirse ante inmoral conducta del gobierno en la de reprobar, condenar y rechazar este comportamiento oficial que pone en duda el carácter ético de la administración pública.
Lo que se espera es que el gobierno rectifique su postura y se dedique a diseñar un estratégico plan de reconstrucción de la infraestructura urbana acapulqueña que incluye viviendas, oficinas, comercios, industrias, prestadores de servicios para que Acapulco vuelve a ser el paraíso turístico que a tanta gente gusta, satisface y le produce orgullo.
Por fortuna y esto debe alegrarnos a todos, el presidente ya anuncio un plan de contingencia para la reconstrucción del puerto guerrerense, el cual con una inversión multimillonaria pondrá en pronto la operación. Ojalá podamos ver de inmediato sus resultados. Que sea por el bien de México.