En su película de concierto, Beyoncé describe su reciente Renaissance World Tour como una especie de maquinaria: desde la iluminación hasta el diseño del escenario. La superestrella participó en todo lo relacionado con la producción para garantizar que su gira de estadios superara las expectativas después de cuatro años de preparación.
Como perfeccionista, Beyoncé estaba incansablemente decidida (trabajando casi 50 días seguidos) para crear una experiencia de concierto épica. Esto queda claro en su película “Renaissance: A Film by Beyoncé”, que narra la gran gira de promoción de su séptimo álbum de estudio. La película, escrita, dirigida y producida por Beyoncé, captura perfectamente sus deslumbrantes actuaciones para la pantalla grande y al mismo tiempo revela imágenes íntimas tras bambalinas de una cantante normalmente reservada, que rara vez ha concedido entrevistas en la última década.
Beyoncé estrenó su película “Renaissance” de casi tres horas a través de los cines AMC de manera similar a la película “Taylor Swift: The Eras Tour”, que debutó con una recaudación récord de 97 millones de dólares en Estados Unidos para una película de concierto el mes pasado. Pero a diferencia de Swift, cuyo proyecto se centró principalmente en sus actuaciones en el escenario, Beyoncé adoptó un enfoque diferente al ofrecer más información sobre su vida personal.
“Estoy muy emocionada de que todos vean el proceso”, dijo en la película.
Con “Renaissance”, Beyoncé muestra más de su lado humano, al igual que en su película de Netflix “Homecoming” de 2019, que profundizó en su actuación estelar en el Festival de Música y Artes de Coachella. Esta vez, va un paso más allá en su historia como estrella de la música, presentándola como la artista más trabajadora, que intenta hacer malabarismos siendo madre de tres hijos y tratando de mantener su fortaleza física y mental durante su gira.
Beyoncé expresó su frustración por los desafíos ante sus elevadas aspiraciones para su gira y sentía que no la escuchaban porque es una mujer negra. La gira finalmente recaudó unos 500 millones de dólares, según Billboard. Beyoncé se sincera sobre su cirugía de rodilla, que la obligó a someterse a rehabilitación un mes antes de su primer concierto en Estocolmo.
A diferencia de su gira, Beyoncé confiesa que “no es una máquina”.
Pero a pesar de sus dolores y molestias, Beyoncé, que es la artista con más Grammy de la historia, se presentó y actuó a un nivel muy alto. Es lo que ella exige de sí misma y de otros que reflejan su mentalidad para hacer que cada espectáculo se haga realidad.
La película muestra a algunos artistas de renombre que acompañaron a Beyoncé en el escenario, incluida Megan Thee Stallion en Houston. Durante su paso por Los Ángeles, Kendrick Lamar fue invitado especial junto con Diana Ross, quien le cantó a Beyoncé por su 42 cumpleaños.
Pero de todas las apariciones de celebridades, quien se robó el show fue la hija de 11 años de Beyoncé, Blue Ivy, quien hizo sentir su presencia como bailarina. Inicialmente, la cantante se opuso a llevar a Blue al centro de atención actuando frente a decenas de miles.
“Ella me dijo que estaba lista para actuar y yo le dije que no”, dice Beyoncé en la película.
Con el tiempo, la reina Bey finalmente cedió ante su princesa y aceptó que era una oportunidad única. Su primera actuación, sin embargo, fue objeto de un intenso escrutinio en las redes sociales por parte de quienes criticaron los movimientos de baile de Blue Ivy como deficientes.
Pero Blue Ivy aprovechó las críticas para entrenar más duro. Ganó confianza a medida que avanzaba la gira y obtuvo más aplausos cada vez que subía al escenario.
La maduración de Blue Ivy trajo alegría a Beyoncé y a Mathew Knowles, el orgulloso abuelo que aparecía diciendo: "¡Es una Knowles!”.
Durante una parada en Houston, Beyoncé junto con su madre, Tina Knowles, conducen por su antiguo vecindario de Third Ward antes de pasar por la casa de su infancia. El regreso a su ciudad natal marcó otra reunión entre Beyoncé y sus excompañeras de grupo en Destiny’s Child, que incluía a Kelly Rowland, Michelle Williams, LeToya Luckett y LaTavia Roberson, las últimas dos habían sido expulsadas del grupo.
Ahora parece que hay paz entre ellas. No hay un intercambio de palabras ante la cámara, excepto un abrazo colectivo, que Beyoncé llama durante su narración un “nuevo nacimiento para nosotras. Mucha sanación”.
Beyoncé, junto con su madre, comparten momentos conmovedores sobre el difunto tío de la cantante, Johnny, un hombre gay negro que la introdujo en la música house cuando era niña y le confeccionó el vestido de su graduación de bachillerato. Ella le dedicó el álbum “Renaissance”.
La película de Beyoncé también incluye un poco del aprecio de su base de fans conocida como BeyHive, quienes estaban entre su público en varias ciudades. Durante sus conciertos, la artista expresó su agradecimiento hacia ellos, llamándolos “caras hermosas”.
No todas las canciones interpretadas durante la gira fueron incluidas en la película, a excepción de temas como “Alien Superstar”, “Church Girl” y “Cuff It”.
Pero la película no se reciente por la falta de música, se trata más de echar un vistazo a su vida, aunque sea por un momento.
“Renaissance: A Film by Beyoncé”, un estreno de AMC, no tiene clasificación. Duración: 168 minutos. Cuatro estrellas de cuatro.
En esta imagen proporcionada por Parkwood Entertainment el arte promocional de 'Renaissance: A Film by Beyoncé'. (Parkwood Entertainment vía AP)