Si alguien aspira a gobernar el país debe conocer los grandes problemas que enfrentamos los mexicanos. Algunos de ellos son de dimensión nacional como la desigualdad social, el deterioro ambiental, el crecimiento económico, etc., otros tienen una expresión regional, pero repercuten en todo el país, como la inseguridad pública, el desempleo, las crisis hídricas, las diversas formas de contaminación, la migración, etc., también hay los que solo se manifiestan en alguna localidad, son más puntuales.
Ciertamente, es imposible conocer el conjunto de la problemática que nos aqueja a todos los mexicanos. Pero si alguien tiene esa aspiración, como lo vemos en las precampañas anticipadas que están sucediendo en estos momentos, de entrada, cuando se pretenda visitar alguna ciudad, región o zona, sus equipos asesores deben prepararles información clave del lugar, ya que quienes habitamos tenemos interés de saber la percepción que dicho aspirante tiene del mismo, de la realidad en que vivimos.
Aunque la precampaña anticipada tiene la prohibición legal de hacer propuestas, al señalar problemáticas de los lugares que se visitan es inevitable mencionar las posibles opciones que se ofrecen. En particular, algunos de quienes vivimos en la Comarca Lagunera estamos atentos a las expresiones de los aspirantes, entre otras cosas, a la agenda ciudadana que hemos construido durante más de dos décadas de omisiones y errores en las políticas públicas gubernamentales federales aplicadas en materia ambiental en esta región.
Es entendible que los aspirantes, por conocimiento propio o influidos por sus asesores, no tengan un listado de temas o que este se reduzca a aquellos que son más apremiantes, y más entendible es que entre ellos soslayen los que tengan que ver con agendas ambientales locales, al menos hasta ahora así ha sido y se refleja en las políticas que aplican en esta materia, quizás salvo algunas excepciones esto ha sido la constante como se refleja en los presupuestos que asignan para atenderlos, o incluso cuando los consideran no atinan en las causas que los provocan, como sucede con el caso del agua, de la crisis hídrica que se padece en La Laguna.
Si bien no todos los aspirantes han visitado esta región, para los que lo han hecho y los que vendrán durante esta precampaña, la precampaña formal y la propia campaña oficial de quienes finalmente competirán por la Presidencia de la República, les será inevitable tocar este tema, como también ya lo está siendo el de contaminación del aire atmosférico, más allá del histórico problema del plomo y otros contaminantes, también está el de las emisiones de gases de efecto invernadero, por el tamaño del hato ganadero y la laxa regulación local del transporte público y privado, las dos fuentes más importantes causantes de la carbonización del aire atmosférico, o la contaminación de suelos agrícolas por uso intensivo de agroquímicos que está aniquilando a los insectos polinizadores, solo por mencionar algunos de los más sobresalientes dentro de su competencia.
Sabemos que algunos de estos temas son de competencia compartida con los gobiernos municipales o estatales y que, por tanto, a estos no se les exime de la sequía de presupuestos y continuas omisiones en que históricamente han incurrido, como sucede con el agua urbana (desatención durante de décadas de las redes hídricas y de drenaje), de espacios protegidos de categoría local, insuficiente equipamiento de monitoreo del aire, infraestructura y espacios verdes para mitigar el cambio climático y manejar aguas pluviales, por mencionar algunos. Pero un impulso federal detonaría una respuesta local y podría cambiar las percepciones de los gobernantes municipales o estatales sobre las prioridades de la inversión pública, quizás habría menos ocurrencias.
Quizás esperamos más de los aspirantes de lo que les sea posible ofrecer, pero ante este prolongado proceso electoral de una decena de meses, estamos ante un nicho de oportunidad para que ellos, con el apoyo de quienes les asesoran y de sus propios interlocutores políticos locales, escuchen a quienes habitamos esta región. Los ciudadanos estamos dispuestos a contribuir en la construcción de estas agendas locales que requieran participación federal, como lo hemos hecho con los candidatos municipales o estatales cuando se nos convoca, no necesariamente tenemos que acudir a mítines o concentraciones masivas para hacer bola, podemos hacerlo ofreciendo una parte del esfuerzo y talento local, aunque escasamente se no haya escuchado.
Las líneas anteriores pretenden poner sobre la mesa la necesidad de cambiar las formas de hacer política, durante y posteriormente a los procesos electorales, no son pocos los ciudadanos que rehuimos hacer lo mismo porque los políticos muestran escasa capacidad de innovación. Para avanzar y consolidar la democracia en México debemos construir nuevas formas de hacer política, las actuales aún arrastran prácticas del viejo régimen. Los partidos y los políticos que hacen política a través de ellos deben reinventarse, porque el centro del quehacer político está en el ciudadano, no en sumar números o fichas para ganar o terminar gobernando como siempre, con políticas públicas que no corresponden al interés público, al interés ciudadano.