He sabido siempre que los delfines son seres muy especiales y muy cercanos al ser humano y que es en sí otro animal superior, posiblemente inferior al propio delfín. De hecho, escribí durante años un libro, mitad "ciencia ficción", no pretendo ser científica, pero con mucha información verídica, que se llama: "Memorias de un Delfín" cuya última edición corrió a cargo del gobierno del estado de Guerrero cuando era gobernador Héctor Astudillo. Y está aún a su disposición.
El famoso biólogo e investigador francés, Jacques Cousteau consideraba que el delfín era superior al hombre y que no debía encerrarse en un acuario. Por desgracia en Acapulco tengo uno cerca y los delfines no son bien tratados. Sería indispensable para ellos que viven en un lugar que se llama "El Rollo" y cuyo restaurant se incendió hace unos días, buscar una solución definitiva para "sus" delfines. Debe saberse, como dijo Cousteau: "Ningún acuario, ningún estanque en algún parque marino, sin importar su tamaño, puede reproducir las condiciones del mar. Y ningún delfín que habita en uno de esos acuarios o uno de esos parques marinos puede considerarse normal".
Por otra parte, en el mundo, cada año, se realiza una captura de miles de delfines según datos de delfinio.com. Son atrapados con redes sin el menor cuidado por cazadores que los sacan del mar. "Los toman de la cola y de las aletas con pinzas cuando se resisten a ser capturados". Varios ejemplares quedan lesionados, mueren en el intento o se ahogan en las redes durante la captura. Otros son heridos y abandonados en el mar, porque simplemente "ya no son útiles" y por supuesto se comete el crimen de separar a las madres de las crías cuando sabido es que los delfines, animales pensantes, son mamíferos como los humanos y deben alimentar a sus crías. Ellos se alimentan de peces y calamares, y surgen a la superficie marina en mares cálidos y templados a respirar cada X tiempo. Cualquiera sabe que un delfín es veloz, inteligente y domesticable. Además "Los delfines pueden aprender a realizar tareas complejas, comunicarse entre ellos y, mediante entrenamiento, vocalizar sonidos parecidos a palabras"
He tenido la inmersa suerte de algunos contactos directos con los delfines puesto que vivo hace más de 20 años a la orilla del mar en Acapulco. Un ejemplo que algunos presenciaron: El mismo día de mi cumpleaños 70 varios delfines aparecieron frente a mi casa y mis primeros 4 nietos, saltando ante nuestros ojos. Excuso decirles, lectores la emoción que sentí pues a mis nietos entonces pequeños les pareció "normal".
Este último viernes santo salió en el canal 11 un demasiado breve reportaje sobre lo que están haciendo hoy en el puerto guerrerense de Zihuatanejo con los delfines y decía una joven lo siguiente: "La comunicación de los delfines es tan compleja que los científicos se refieren a él como lenguaje, ya que se trata de una combinación de sonidos, danza y brincos que la relacionan con el hombre y viene desde tiempos muy antiguos. Están presentes en numerosas mitologías y leyendas", pero resulta que la chica cuyo nombre no salió en canal 11 dijo una barbaridad: "La mitología griega cuenta que los delfines eran hombres específicamente piratas, que trataron de vender al dios Dionisio como esclavo este como castigo nos convirtió en delfines". Salvo esta tontería sigue diciendo " no es casualidad que estos cetáceos interactúen con los humanos tan seguido y acompañen las embarcaciones por largas distancias en un lado recordarnos el pasado que tenemos en común".
DELFINES EN RIOS
En cuanto a los delfines que viven en el gran rio Amazonas en la parte brasileña, lo más extraño e importante escuchado por mi hija y yo sobre delfines fue en el curso de una visita al Rio Negro sobre la relación del hombre con el delfín. Es muy íntima e interesante.
Una especialista, Denise Herzing, que estudia a los delfines en las Bahamas, lleva un ordenador que emite silbidos como los de estos animales, confiando sentar así las bases de un léxico compartido. Pero en lugar de seguir relatando propias experiencias volvamos al gran especialista en delfines Jacques Cousteau que decía:
"Si la vida de los delfines en cautiverio fuera tan relajada y feliz como se cree, estos animales tendrían una vida similar a los que están en su medio natural, sin embargo, en la naturaleza un delfín vive alrededor de 50 años, mientras que en cautiverio tienen un promedio de vida de 6 años".
Se estimaba entonces que había más de 2 mil cetáceos en cautividad en 60 países. Era difícil realizar el cálculo ya que estos centros no suelen ser transparentes en cuanto al movimiento de sus animales y no contabilizan a las crías, cuya mortalidad precoz es más probable a edad temprana". Pero…
Se supo que hay delfines que aprenden palabras (en inglés) algunos hasta 50 o más. Y hasta la fecha los seres humanos no han podido aprender nada del idioma delfín.
Ya sería el momento de hacerlo, siempre y cuando los delfines dejaran de ser encerrarlos, explotarlos y muertos por dinero. Quizá HOY haya llegado a esta generación actual el momento de salvar a los que miles de personas consideramos una raza superior.