De no votarse en el Congreso en el plazo previsto, el Gabinete retomará la estructura que se manejaba cuando el líder ultraderechista gobernaba. (ANDRÉ BORGES / EFE)
La Cámara Baja de Brasil aprobó este miércoles, con polémicas modificaciones, la reestructuración que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva hizo en el Gabinete de ministros cuando asumió la presidencia, un primer triunfo con sabor amargo para el Gobierno, que espera la ratificación del Senado.
Las principales reformas fueron introducidas a los ministerios de Medio Ambiente y el de Pueblos Indígenas, que quedarán fuertemente desmantelados y en los que organismos que se asumen como propios serán manejados por otras carteras.
Por 337 votos a favor y 125 en contra los diputados federales aprobaron, con modificaciones, el texto base de la denominada 'Medida provisional' -una especie de decreto ejecutivo transitorio- mediante la cual Lula reestructuró el Gabinete -conformado actualmente por 37 ministerios-.
La medida pasará de inmediato al Senado, que tendrá que votarla a más tardar este jueves, fecha límite para que el documento no pierda su vigencia.
El texto fue ajustado por una comisión mixta de Senado y Cámara durante su trámite en el Congreso y, aunque el Gobierno inicialmente había dicho que intentaría recuperar la versión original, optó por respaldar el texto aprobado por la comisión por la premura del tiempo y para evitar demoras en la votación.
La medida reorganizó el gabinete que operaba durante el Gobierno de Jair Bolsonaro (2019-2022); dio vida a 17 nuevos ministerios -entre los cuales el de Pueblos Indígenas y el de Igualdad Racial- y redefinió funciones entre las carteras.
Publicada en el Diario Oficial el 2 de enero, un día después de la posesión de Lula, el Congreso tiene hasta 120 días para refrendarla o rechazarla, plazo que vence este jueves 1 de junio.
De no votarse en el Congreso en el plazo previsto, el Gabinete retomará la estructura que se manejaba cuando el líder ultraderechista estaba en el poder -de sólo 23 carteras- y en el que las políticas y organismos relacionadas con medio ambiente, indígenas, derechos humanos, población LGTB+ y cultura, entre otros, estaban prácticamente anulados.
La presión para que la votación avanzara este miércoles tras haber sido pospuesta la víspera puso a Lula contra la pared y lo obligó a jugarse sus últimas cartas para que el tema avanzara, luego de estar ad portas de ser retirado de la sesión.
Según versiones de la prensa, el líder progresista prometió acelerar la liberación de recursos y nombramientos en cargos para que la medida saliera a flote