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Las armas y municiones que entran a México no sólo causan muerte y violencia en el interior de la nación, también los cartuchos que salen terminan causando sufrimiento en la región del Caribe, indica un estudio de la organización Small Arms Survey.
Elaborado junto con la Agencia sobre Crimen y Seguridad de la Comunidad del Caribe (IMPACS) y con fondos del gobierno alemán, la extensa investigación exhibe el papel que desempeña México en la problemática del uso de armas en un contexto de violencia en la región, aun cuando el país "no reporta consistentemente" datos en la materia, a pesar de ser un "actor potencialmente relevante para la región".
El documento sostiene que en la zona hay demanda particularmente de pistolas y revólveres, pues rara vez las fuerzas del orden incautan armas automáticas. De las 2 mil 390 armas de fuego decomisadas y presentadas a Interpol para rastrear su origen entre 2015 y 2021, sólo 11 fueron clasificadas como automáticas.
"Esto contrasta marcadamente con el vecino México, donde los cárteles de la droga han adquirido docenas de ametralladoras, incluyendo armas de fuego tipo M249 y M2, y ametralladoras M134 de seis cañones".
Los rifles conforman menos de 10 por ciento de las armas de fuego incautadas, "porcentaje significativamente más bajo que en algunos estados vecinos, incluso en México, donde más de 29 por ciento de las armas de fuego decomisadas y enviadas anualmente al gobierno de Estados Unidos para su rastreo fueron rifles". La excepción a la norma es Haití y las Islas Vírgenes Británicas, en donde se percibe un aumento de los rifles de tipo militar, "frecuentemente más asociados con los cárteles mexicanos que con los criminales en el Caribe, incluyendo rifles calibre .50".
El estudio sostiene que la mayoría de las fuentes nacionales entrevistadas señalaron que las armas pequeñas y municiones ilícitas provienen mayoritariamente del extranjero, aunque es difícil determinar por dónde entran a la zona debido a que los datos disponibles sobre rastreo de armas suelen ser vagos y difíciles de verificar. No obstante, se sabe que EUA es la fuente primaria.
Algunas armas provienen de Florida, Georgia, Texas y California, y entran a la región por Guatemala, Honduras y Venezuela. La mayoría de los esquemas para traficar armas de fuego al Caribe destacan por su simplicidad. El modus operandi empleado por los traficantes con sede en EUA es sencillo, "simplemente se necesita camuflar las armas y las municiones lo suficientemente bien para que se mezclen con los miles de envíos de otras mercancías que salen y llegan todos los días de puertos internacionales".
Lo que sí certifica el informe es el origen de las municiones que se cobran vidas en las naciones caribeñas; la mitad de las usadas en delitos violentos son fabricadas en EUA, Italia, Alemania, República Checa y México, por orden de relevancia.
Sin embargo, las municiones de México aparecen en primer lugar si sólo se toma en consideración la zona del Caribe que comprende las costas caribeñas de América Central y Colombia, desde la península de Yucatán hasta el norte de Colombia, además de Jamaica.
Esta conclusión se desprende del análisis de las municiones identificadas en escenas de homicidios, intentos de homicidio y agresiones, y con base en el estudio de mil 429 cartuchos utilizados entre 2016 y 2021. Estas municiones fueron producidas por 61 fabricantes.