César Franck, un nodo entre lo alemán y lo francés…, siendo belga. Nació en Liege, Bélgica en 1822; sin embargo, no puede afirmarse que haya sido belga, pues cuando nace, no existía Bélgica como nación.
Por otra parte, la ascendencia de Frank portaba sangre austriaca y alemana de inmigrantes establecidos en un poblado cercano a Aquisgrán, muy cerca de la actual Bélgica y de Holanda. Así las cosas, concluimos en que César Franck no tenía una nacionalidad definida, pues de sangre austriaco-alemana, holandés de nacimiento, belga de formación y francés por residencia.
A los 8 años entra al conservatorio de Liege donde se desenvuelve de una manera natural, convirtiéndose en uno de los mejores alumnos. Más tarde intentará ingresar al Conservatorio de París, pero no podrá hacerlo por su nacionalidad, hasta 2 años más tarde hasta alcanzar su nacionalidad francesa.
Sin tener el consentimiento de su padre se casará con la actriz Félicité Saillot Desmousseaux. Franck se ganará la vida como maestro y organista de Notre Dâme de Lorette, pero sobre todo de la iglesia Saint Jean Saint François du Marais que, teniendo un excelente órgano, logra desarrollar su técnica de improvisación. Sin embargo, no es sino hasta que logra el puesto de organista de la basílica de Sainte Clotilde, cuando su talento empieza a florecer y desarrollarse. De hecho, es de esta época de donde datan sus mejores obras para órgano. Habiendo conseguido una plaza de profesor en el Conservatorio, Franck hace de sus clases verdaderos talleres de composición.
En 1879, Franck escribe su quinteto para piano en Fa menor. Llamó especialmente la atención el carácter romántico de esta pieza, y ello se debió sorpresivamente a la influencia e inspiración de la pianista Augusta Holmès. El haber sido inteligente, bellísima y excelente escritora y cantante, no le fue suficiente para entrar al conservatorio, pues no se aceptaban mujeres. Ello la obligó a tomar clases particulares con César Franck, llegándose a convertir en la mujer más cotizada de los artistas. Incluso se dio el lujo de rechazar a Camille SaintSaëns.
Pero a quien nunca pudo rechazar fue a César Franck, a pesar de ser 25 años menor que él. El estreno fue un tanto accidentado. Camille Saint-Saëns tuvo que tocar la parte del piano, pues el quinteto estaba dedicado a él, pero tan pronto terminó, salió del recinto, pues obviamente estaba Augusta Holmès que ya le había rechazado en múltiples ocasiones.
La esposa de Franck, que sospechaba de la relación entre su esposo y Augusta criticó duramente el quinteto tildándolo de romántico exagerado y emocional el extremo. El quinteto fue un éxito en su momento y lo sigue siendo en la actualidad, considerado una de las gemas del Romanticismo por su demanda técnica, pero sobre todo por su expresividad y su extrema carga emocional. En 1885 César Franck recibiría la cruz de la Legión de honor y al año siguiente es nombrado presidente de la Société Nationale de Musique. En 1890, una gripe mal cuidada, convertida en pulmonía termina con la vida de César Franck.