Es perfectamente posible escuchar una sinfonía y establecer su momento histórico en función de su estilo y estructura. Más aún, es perfectamente posible hasta identificar el lugar donde fue creada. Y todo esto aplica a las artes plásticas también. Sin embargo, ¿será posible escuchar una sinfonía u observar una pintura y determinar si ésta fue realizada por un hombre o por una mujer? Yo creo que NO.
Más aún, en muchas orquestas de alto nivel, la selección de un instrumentista se hace tocando detrás de un telón. El que se queda con el puesto es el que tenga el talento, no importa si es hombre o mujer.Mucho se ha escrito al respecto de la existencia de rasgos que pudieran establecer diferencias en el quehacer artístico de un hombre y de una mujer. En esta búsqueda se ha apelado a elementos hormonales o psicosomáticos, que en definitiva pudieran engendrar una profunda influencia en el acto creador. Sin embargo, hasta hoy no ha existido ojo u oído humano o científico que pudiera establecer si una pintura, una escultura o una sinfonía fue realizada por el talento de un creador o de una creadora. ¿Entonces por qué no hay compositoras o compositores de color? Con raras excepciones, el ocio creador sólo le fue concedido al hombre.
En la historia, la mujer ha estado muy ocupada en actividades de la crianza, el cuidado del hogar y sobre todo tristemente como elemento meramente decorativo. Hasta John Lennon llegó a afirmar que “LaMujer es el negro del mundo” en su canción Woman. Así las cosas, debiera ser un sociólogo o un historiador quienes podrían responder más acertadamente a la abrumadora inclinación de la balanza en el terreno de la creación artística en favor del hombre. Aquí un biólogo o menos un neuro fisiólogo poco o nada tienen que argumentar.
El talento existe, pero es frenado o anulado producto de la asimetría en las oportunidades de desarrollo, al grado de llegar al absurdo de pensar que la ciencia y el arte sólo pueden ser producto de manos blancas y masculinas. Pero veamos algunos ejemplos notables en el terreno musical de mujeres virtuosas desde tiempos remotos que apuntalen los argumentos aquí vertidos: Hildegard von Bingen (1098 – 1179). Compositora alemana y primera mujer en predicar en plazas públicas. Escribió himnos, responsos, misas, además de un tratado de ciencias naturales, el más avanzado de su época, así como varios libros de poesía y textos apologéticos de los evangelios. Francesca Caccini (1587 – 1640).
Teniendo como mecenas a los Medici, estudia canto, laúd y composición y funda el ensamble de cámara Concerto Caccini. Virtuosa del clavicémbalo y del laúd es además autora de muchas canzonettas de Miguel Ángel Buonarrotti. Elizabeth Claude Jaquet de la Guerre (1667 – 1729). La primera ymás importante compositora y virtuosa instrumentista de Francia. Recibió las gracias y apoyos de Louis XIV tras actuar como verdadera niña prodigio. En 1694 la Real Academia de Música Francesa estrena su ópera Céphale et Procris teniendo grandes éxitos. La Guerre logra publicar el primer libro de cantatas en lengua francesa de la historia. Marianne de Martínez (1744 – 1812). Una de las mujeres de PietroMetastasio.
Recibe clases de clavecín deHaydn. Su casa a menudo recibía la visita de Haydn, Mozart y Beethoven con quienes tocó el piano a cuatro manos. Isabel Colbrán (1785 – 1845). Famosa por su hermosísima voz conoce a Rossini con quien acabaría casándose. A la sazón, Rossini reservaba siempre un papel para Isabel. Publicó cuatro colecciones de canciones en las que proyectaría el simpátivo y vivo espíritu rossiniano.Restan en el tintero, NannerlMozart, Franzisca Lebrun, Fanny Mendelssohn, Clara Schumann, Lili Boulanger… A pesar de tantas barreras sociales y religiosas, éstas mujeres lograron poner de manifiesto que el talento, el conocimiento y la inspiración, pueden albergarse indistintamente en el cuerpo de una mujer, o de un hombre. Pero tendremos que verlo con el corazón, ya que como decía el Principito, lo esencial es invisible a los ojos.Música en un suspiro.