Casi todos los días don José Luis ofrece su mercancía en la esquina de Belisario Domínguez y Chihuahua en el municipio de Lerdo.
Ni las altas temperaturas, la lluvia y mucho menos el granizo detienen a don José Luis Valenzuela Soto, quien a sus 74 años (casi 75), pasa ocho horas o más ofreciendo sandías, melones y carteras de huevos en la esquina de Belisario Domínguez y avenida Chihuahua en Ciudad Lerdo.
Desde las 10 de la mañana llega en su camioneta, pero no la conduce él, sino otro familiar, pues su vista no le permite hacerlo, por lo que pide que lo lleven a la esquina, que ha sido su lugar de trabajo.
Es debajo de unos pequeños árboles donde se queda su camioneta estacionada, donde exhibe su mercancía traída desde el vecino municipio de Matamoros, de la producción de uno de sus sobrinos.
Don José Luis, cuya piel luce curtida por el sol, solo porta una cachucha para cubrirse de los intensos rayos de sol, que se mantienen durante toda su estadía en esa esquina, que ha tomado desde hace años, salvo el año pasado que dijo, pues no pudo hacerlo.
Para este hombre, quien el 3 de agosto cumplirá sus 75 años de edad, solo hay dos días de descanso, los días de quincena, el resto, acude ahora si que llueva o relampaguee, e incluso granice.
Y es que recuerda que aquel sábado 13 de mayo, cuando la caída de granizo sorprendió a todos los laguneros, sobre todo a los de Gómez Palacio y Lerdo, él se encontraba laborando, y para protegerse de las bolas de hielo, subió a la camioneta para protegerse y esperar a que todo terminara. "El día del granizo estaba dentro de la camioneta, aquí me la pasé", comentó.
Y es así como también don José Luis se protege del sol, pues cuando es muy intenso y no hay sombra alguna, se sube con las puertas traseras abiertas, a la vez que ofrece su mercancía, y cuando es posible, toma un bote de 20 litros, lo voltea y se sienta, y conforme vaya avanzando la sombra, se va moviendo.
"El calor está fuerte, por eso me hago para este lago a la sombrita. Luego se pone más caliente, adentro de la camioneta, como quiera en la sombra".
SU SACRIFICIO
Todo este sacrificio, dijo, lo hace porque hay dos nietos y una esposa que mantener en casa. "Hacerle la lucha porque ahorita ya nada es suficiente para vivir uno, no se completa. Todo está más caro", dijo, por lo que para él, quedarse en casa no es una opción.
Aseguró, que han sido muy pocos los días en los que regresa a casa con las manos vacías, pues "Dios siempre me ayuda", dijo con fe.
Hasta esta esquina, llegan personas del mismo Lerdo, Gómez Palacio e incluso de Torreón para comprar ya sea sus sandías, melones o las carteras de huevo, que oferta a solo 60 pesos, cuando en un supermercado las llegan a ofertar en 100 pesos.
Pero José Luis aseguró que su familia se mantiene pendiente de él, "me traen de comer, me dan mis vueltas", dijo contento.