
La reliquia no es solo un elemento gastronómico regional, sino que lleva consigo varios elementos y significados de impacto cultural.
El día de la Virgen de Guadalupe está próximo y con él, además de los actos meramente religiosos, llegan los añadidos, como lo es la repartición de reliquia en La Laguna, para cuya entrega muchas familias se preparan desde este fin de semana.
Pero, a pesar de su característico sabor, la reliquia no es solo un elemento gastronómico regional, sino que lleva consigo varios elementos y significados de impacto cultural.
HISTORIA DE LA RELIQUIA LAGUNERA
La reliquia, arraigada en la región de La Laguna, representa una devoción ancestral hacia un santo a través de una promesa o manda, celebrada anualmente en hogares con rezos, danzas y una comida especialmente preparada para la ocasión. Este ritual, de acuerdo con el fallecido cronista Sergio Antonio Corona Páez, tiene un profundo significado religioso y filantrópico, uniendo a la comunidad en un acto de agradecimiento y súplica por protección para el año venidero.
Esta tradición, originada en Zacatecas, llegó con los primeros migrantes a La Laguna, probablemente a través del ferrocarril, estableciéndose como una costumbre arraigada que ha evolucionado con el tiempo.
A diferencia de la concepción de reliquia como un objeto de veneración, en La Laguna, es una comida votiva compuesta por un guisado, un asado de puerco conocido como "asado de boda" y siete sopas diferentes. Estos platos son compartidos entre los presentes y aquellos que lo soliciten, incluso fuera de la comunidad, extendiendo así su propósito filantrópico.
SIGNIFICADO DE LAS RELIQUIAS
Cada elemento de esta celebración tiene un significado profundo. El asado representa la nutrición física, mientras que las siete sopas, relacionadas con el número sagrado siete, simbolizan las siete virtudes contrarias a los pecados capitales, según reseñó el extinto Corona Páez. La humildad, la generosidad, la castidad, la paciencia, la templanza, la caridad y la diligencia se prometen al santo, reforzando valores éticos y espirituales.
A pesar de su origen colonial, la reliquia se ha adaptado con el tiempo, preservando su esencia y ganando variaciones sociales. Desde su práctica arraigada en las clases medias y populares hasta la reciente emergencia de la "reliquia V.I.P." entre las clases más acomodadas, esta tradición continúa siendo un vínculo entre la devoción religiosa y el compromiso con valores humanos universales.
Así, la reliquia, lejos de ser una práctica penitencial individualista, se erige como un acto colectivo de culto ético y filantrópico, sirviendo como una muestra de gratitud y solidaridad hacia la comunidad. Y su evolución y arraigo en La Laguna han consolidado esta tradición como un legado cultural invaluable, enraizado en valores que trascienden lo puramente religioso para abrazar lo humanitario y lo ético, escribió alguna ocasión el doctor Sergio Antonio Corona Páez