Los aliados condenaron tanto la decisión de Rusia de retirarse del tratado como su guerra de agresión contra Ucrania, “contraria a los objetivos” del FACE. (ARCHIVO)
Los 31 aliados de la OTAN anunciaron este martes que suspenderán la aplicación del Tratado de Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE) a causa de la salida definitiva de Rusia del mismo, una decisión anunciada hoy y que la Alianza condenó.
“Aun reconociendo el papel del Tratado FACE como piedra angular de la arquitectura de seguridad euroatlántica, sería insostenible una situación en la que los Estados parte aliados acataran el Tratado y Rusia no lo hiciera”, indicó el Consejo del Atlántico Norte, el máximo órgano de toma de decisiones de la OTAN, en un comunicado.
Por esa razón, aseguró, los Estados parte aliados “tienen la intención de suspender la aplicación del tratado FACE durante el tiempo que sea necesario, de conformidad con los derechos que les confiere el Derecho internacional”.
Los aliados condenaron tanto la decisión de Rusia de retirarse del tratado como su guerra de agresión contra Ucrania, “contraria a los objetivos” del FACE.
“La retirada de Rusia es la última de una serie de acciones que socavan sistemáticamente la seguridad euroatlántica”, enfatizaron.
Según dijeron, Moscú “sigue demostrando su desprecio por el control de armamento”, incluidos los principios clave de reciprocidad, transparencia, cumplimiento, verificación y consentimiento del país anfitrión, y “socava el orden internacional basado en normas”.
Los aliados, a los que se unió Suecia como país invitado a ser parte de la OTAN, reiteraron su “compromiso permanente” de reducir los riesgos militares y "prevenir las percepciones erróneas y los conflictos”.
“Los aliados se esfuerzan por fomentar la confianza, basándose en los principios clave de transparencia, cumplimiento, verificación, reciprocidad y consentimiento del país anfitrión, contribuyendo así a la paz y la seguridad”, aseguraron.
En ese contexto, invitaron a los Estados “que comparten este compromiso y estos principios a unirse a nuestros esfuerzos para contribuir también a aumentar la previsibilidad y la estabilidad en la zona euroatlántica”.
Los países de la OTAN afirmaron que seguirán consultando y evaluando las implicaciones del actual entorno de seguridad y su repercusión en la Alianza.
Indicaron que harán uso de la Alianza como “plataforma para un debate en profundidad y una estrecha consulta sobre los esfuerzos en materia de control de armamentos”.
El pasado 29 de mayo, el presidente ruso, Vladímir Putin, firmó la ley de denuncia del Tratado de Fuerzas Armadas Convencionales en Europa, que establece límites jurídicamente vinculantes y verificables para las principales categorías de equipos militares convencionales.
En 2007 Rusia ya había suspendido la aplicación del tratado, que nació con el objetivo de prevenir que cualquiera de las alianzas presentes en Europa durante la Guerra Fría -la OTAN y el Pacto de Varsovia- acumulase fuerzas para lanzar una ofensiva rápida.
El documento, calificado tras su creación en 1990 como la piedra angular de la seguridad europea, eliminó en aquel momento la ventaja cuantitativa de la Unión Soviética en armas convencionales en Europa.
El tratado estableció límites iguales en la cantidad de tanques, vehículos blindados de combate, artillería pesad