Me encontraba auscultando a un pequeño poodle de nueve años de edad, "Vodka", se notaba triste y muy delgado, sin ese comportamiento alegre, típico de la raza, el motivo de la consulta eran sus ojos y párpados, se encontraban muy irritados con abundante lagaña, se trataba de una severa conjuntivitis, pero notaba una lesión más severa en los párpados, blefaritis bilateral, su dueña muy consternada había decidido suspender el tratamiento del anterior veterinario, pues en lugar de notar mejoría en su perro sucedía lo contrario, había dejado de comer y lo veían más triste.
Al revisar su historia clínica es muy importante ver las recetas o el medicamento aplicado al paciente, sobre todo en estos casos donde no hay respuesta a la enfermedad, lo hacemos para no aplicar el mismo medicamento en caso de coincidir con el diagnostico del veterinario anterior, pero en este caso me extrañó que no había receta alguna, ni tampoco sabían del medicamento que estaba aplicando el veterinario, les dijo que se trataba de "sarna" y necesitaba de varias inyecciones para su alivio, y debido a la gravedad del problema había perdido la vista, y fue cuando decidieron suspender las visitas al notar que no mejoraba su mascota.
No habían realizado algún estudio para la detección de sarna, tampoco sabían el nombre del medicamento que estaban aplicando, solo me enseñaron unas tabletas para problemas de alergia que les había recomendado.
Al revisar sus ojos con el oftalmoscopio, tenía el cristalino de un perro senil, empezaba con problemas de catarata, pero no había pérdida de su vista, suspendí el medicamento para alergias y sobre todo la sesión de inyecciones que me supuse que se trataba de ivermectina, que lo utilizan para el tratamiento de ectoparásitos, un medicamento que tiene complicaciones si no se administra eficazmente, lo que realmente me extrañó que no hayan utilizado una sola gota de antibiótico en los ojos de "Vodka" después de varios días en tratamiento.
Inmediatamente aplique gotas y pomada en ambos ojos que fue un bálsamo a su conjuntivitis, les di la receta con las indicaciones a seguir. No solo noté confort en mi paciente después de aplicar el medicamento, también noté tranquilidad y sobre todo un agradecimiento sincero de sus dueños, después de dar el diagnóstico, y decirles que no había pérdida de visión, y su pequeña mascota mejoría en unos días.
No pasaron dos semanas cuando llegó un cliente con su mascota a la clínica, y me pregunta sonriendo con cierta suspicacia, si podíamos cortar el pelo y bañar a su perro, se trataba de un poodle muy alegre, me dijo su dueño, tiene el pelo maltratado, nos dijo que no lo bañáramos pues sus defensas estaban muy bajas; fue cuando reconocí a mi paciente, al preguntar si era "Vodka", no lo creía, con gran orgullo y una amplia sonrisa su dueño me dijo: "Hasta parece otro, ¿verdad doctor?, ya está mucho mejor".
Después de haber visto esos párpados casi en carne viva la última vez y verlos ahora, había una diferencia enorme, incluso había aumentado de peso y su carácter completamente diferente, alegre e inquieto. Al recoger a "Vodka" después de su estética parecía un perro de gran linaje, su manto blanco y esponjado, con una pañuelo al cuello y su loción especial para mascotas, lo hacía lucir todo un galán, cargándolo su dueño, sonriendo presuntuosamente me dijo.. "Hasta parece otro, ¿verdad doctor?".