Carlos permanece en el Museo del Algodón, al poniente de la ciudad, tras averiarse su silla de ruedas. (VAYRON INFANTE)
Desde hace más de una semana, don Carlos ha hecho del Museo del Algodón en Torreón, su hogar, al no recordar con exactitud dónde vive, pero sobre todo, porque su silla de ruedas se averió.
Gracias a la caridad de los comerciantes y vecinos del sector, a don Carlos no le ha faltado agua y unos pesos para comprar un par de gorditas.
Al no contar con su silla de ruedas, que es su único medio para desplazarse de un lugar a otro, ya que le fue amputada una pierna, ha pasado los días más calientes de la temporada, en los que el termómetro ha superado incluso los 45 grados, en este lugar para resguardarse del intenso calor.
Carlos asegura tener 32 años de edad, y que es vecino de la colonia Eduardo Guerra; sin embargo, no sabe con certeza a dónde llegar.
"Tiene chueca una llanta", dice don Carlos, situación que es su principal preocupación, pues no puede hacer prácticamente nada sin su silla.
PIDEN APOYO
A través de mensajes que llegaron hasta esta redacción, se solicitaba ayuda para este hombre, debido a las carentes condiciones en las que se encuentra y sobre todo por el clima tan caliente, que puede ser un riesgo para quienes se encuentran a la intemperie.
"Ahorita me siento, me traen agua y unas gorditas. Me dieron como 40 pesitos, para tomar agua. Se me está acabando y más al rato compro otra", compartió sentado en la banqueta del Museo, ubicado en el corazón del poniente de la ciudad.
Además de unas monedas para poder calmar la sed que provocan las altas temperaturas que se registran desde las primeras horas del día, don Carlos solo espera apoyo para poder reparar su llanta, y si fuera aún mejor, que le regalaran una en mejores condiciones.
"Con esta silla tengo, pero estoy buscando como arreglo la llanta", insistió el hombre, que ha pasado días enteros entre su silla y la banqueta, en espera de reparar su medio de transporte.