Silvestre Santos
Los alumnos que estudiamos en la Pereyra antigua de Torreón Jardín, en los años noventa tuvimos la fortuna de haber escuchado las clases del profesor Silvestre Santos.
Escribo estas palabras en honor de él, quién falleció el 31 de octubre a los 84 años.
De mi época de secundaria recuerdo que en cada clase siempre nos contaba una anécdota interesante y si nosotros los alumnos aprendimos historia y civismo, fue gracias al profesor Silvestre.
Él era como una enciclopedia caminando, sabía latín, que aprendió en su juventud bajo el techo del seminario cuando pensó que se convertiría en sacerdote y finalmente los caminos de la vida lo llevaron a convertirse en padre de familia casado con Lucila Saborit el 24 de junio de 1972 y ser un gran profesor de espíritus jóvenes e inquietos de 1968 a 1998.
Sus conocimientos de música provenían de su etapa de seminarista en música clásica, barroca, religiosa y posteriormente de su gran amor por la música en general que cultivó en los años que formó parte imprescindible de la inolvidable agrupación musical "Los Pandava".
Silvestre tocaba el órgano con "Los Pandava" durante 10 años y quienes tuvieron la dicha de escucharlos y bailar con su ritmo en alguna boda o graduación, sabrán que me refiero a un grupo que no sólo amenizaba las fiestas en El Casino de La Laguna, sino también en muchas otras ocasiones, noches y celebraciones que los laguneros recordamos con cariño y nostalgia.
Volviendo a mis recuerdos de la secundaria y preparatoria Pereyra ubicada en la Avenida Mayrán en Torreón Jardín, él fue mi profesor de historia y civismo entre 1994 y 1996.
De entre sus muchas clases, nos infundió amor por México, por la historia, por la joven colonia que era la Nueva España durante el Virreinato y los peligros que tuvimos que afrontar al estar tan cerca de la avaricia de Estados Unidos, que no satisfecha con invadir suelo mexicano, se robó una gran parte de nuestro territorio.
También recuerdo del profesor Silvestre, su profundo amor por el idioma español y la célebre frase que nos recitaba en clase del rey Carlos V, que decía, algo así: "El alemán es para hablar con mi caballo, el italiano para hablar con la mujer y el español es para hablar con Dios".
Recuerdo también que durante la primera semana de haber entrado en el incierto terreno llamado secundaria íbamos a un salón muy grande con gradas de madera un poco destartaladas y un órgano situado al frente.
Nos teníamos que formar y cantar unas sílabas melódicas que Silvestre entonaba para nosotros, él estaba sentado frente al órgano, mija mija mija mija mi. Mi amiga Marilú León, afortunadamente se acordó de lo que cantábamos en ese examen de canto, porque yo lo había olvidado.
Ahí estábamos los adolescentes con caras de interrogación y desconcierto, "cantando" frente a nuestros nuevos compañeros. Ese era el "examen" para entrar al prestigioso Coro de la Pereyra.
Silvestre era muy rápido en la selección. Los entonados y entonadas nos quedamos un rato en el auditorio a escuchar las instrucciones y los que no habían sido seleccionados, podían regresar a su salón.
Ahí empezó mi formación musical. Aprendí mucho en los años que formé parte en el coro bajo la batuta del profesor Silvestre. Los ensayos eran los sábados y acudir era obligatorio. Ahí además de música aprendimos puntualidad y disciplina, ambas me han ayudado a lo largo de mi vida.
Silvestre, como ya he señalado, tocaba el órgano y cantaba, así nos daba las pautas para aprender las canciones. Incluso una en latín, Maria Grazia plena y el Adeste Fideles (Alegres de Corazón) esta última es una pieza musical imprescindible en Navidad. En italiano aprendimos Nabucco de Guiseppe Verdi, "Va, pensiero, sull'ali dorate", que significa "Ve, pensamiento, sobre alas de oro". El tema también es conocido como "Coro de los esclavos hebreos".
También nos enseñó otras arias (composición musical para un solista que generalmente pertenecen a una composición mayor como una ópera, una cantata o un oratorio). En nuestro coro aprendimos fragmentos de óperas universalmente famosas, recuerdo Nessun dorma de Giacomo Puccini. Y también O mio babbino caro (Oh, mi querido padre), es la atormentada Lauretta que le dice a su padre que la acompañe a la Porta Rossa a comprar el anillo de bodas y que ella quiere tanto a su amado novio, pero si el padre no le permite casarse, entonces ella se va a arrojar del Ponte Vecchio al Rio Arno. La ópera Gianni Sicchi de Puccini, creo que Silvestro nos explicó el argumento porque estamos hablando que en mi época de secundaria, los años noventa, no había ni Google, ni YouTube. Entonces no sé cómo fue que escuchamos esa aria. Quizás el profesor Silvestre, nos cantó un fragmento o nos tarareó la hermosa melodía.
Lo que quiero enfatizar fue además de aprender a cantar, nos enseñó la cultura de la música a través de conocer arias de Puccini y Verdi, como ya mencioné.
TEATRO ISAURO MARTÍNEZ
La alegría más grande que tengo es haber cantado en el hermoso escenario del Teatro Isauro Martínez en el concierto anual de Navidad de la Pereyra.
Me gustaría saber si actualmente hay coro en mi antigua escuela. Si sí lo hay, yo felicito a sus directivos. Pero si carecen de un coro, les sugiero iniciarlo a la brevedad.
Una canción tristísima también estaba en el repertorio, decía algo así: "Tú que estás lejos de tus amigos, de tu tierra y de tu hogar, quiero que sepas que esta noche para ti tengo un lugar, no vayas solo por esas calles queriéndote aturdir, ven con nosotros y en nuestra mesa intenta sonreír. Por eso y muchas cosas más ven a mi casa ésta navidad".
Sólo alguien que vive fuera de su país, como yo, puede entender lo profundo del sentir de estas palabras. En la secundaria la cantábamos pero realmente no sabíamos el profundo significado de quién canta desde la nostalgia.
CLASE DE HISTORIA
Hablé con mi hermano Iker, y le pregunté si se acordaba de las clases de Silvestre. Platicamos hace dos días de esto.
Durante la clase de historia estábamos tomando apuntes, porque Silvestre permanecía sentado y hablaba sobre la llegada de los españoles a México, la Nueva España, la Independencia, y la Guerra de Reforma.
Nos enseñó pensamiento crítico porque en los exámenes, de unas diez preguntas había que responder ampliamente sobre estos temas. Y entonces lo importante en clase era tomar apuntes y poner atención. No recuerdo que mis compañeros o yo hayamos faltado a alguna clase por estar enfermos, pero si eso sucedía, había que llamar por teléfono a un compañero o compañera para pedir los apuntes, de lo contrario, esa clase la pasabas en blanco.
Iker y yo recordamos que Silvestre nos decía esto, por ejemplo: que cuando los españoles llegaron a Tenochtitlán contemplaron un imperio majestuoso, gigantesco, no había en ese momento ninguna ciudad en Europa tan grande y poblada como Tenochtitlán, ni siquiera Roma o Constantinopla, además los aztecas tenían drenaje, la ciudad estaba limpia y ordenada, al contrario de la suciedad en Europa y sus epidemias de peste y otras enfermedades que había en ese entonces en Europa. ¿Cuál fue la desventaja? que los aztecas no conocían la pólvora y los españoles los aniquilaron con sus cañones. Sin embargo, hubo mestizaje y de la mezcla surgió lo que hoy somos.
También nos explicó que heredamos la burocracia del imperio español; que la independencia llegó demasiado pronto porque no sabíamos gobernarnos solos como un país independiente, lo cual derivó en la encarnizada división de conservadores contra liberales en el país. Teníamos el libro de esa materia, pero en cada clase Silvestre se encargaba de hablar y narrar y proporcionar datos tan interesantes, que el libro era solo un adorno que paseábamos, porque lo importante era tomar notas, o sea, escribir a mano todo lo que el profesor decía.
Los que escuchamos sus clases fuimos jóvenes muy afortunados.
CORO PEÑOLES
Recuerdo una tarde que yo estaba en la acera del Teatro Isauro y vi llegar dos o tres autobuses llenos de niños, se estaban estacionando. Iban a cantar en el teatro con su director Silvestre Santos.
Quiero creer, suponer y asegurar que esos niños recordarán con mucho cariño a Silvestre, toda la música que con él aprendieron.
Su hija Lucila, me comenta que él fue director del Coro Peñoles del 2007 al 2016.
Doy mi sincera felicitación a la empresa Peñoles por haber patrocinado este coro, con niños que vivían en las colonias cercanas a la empresa.
ENTREVISTA EN YOUTUBE
Hay una entrevista muy reciente que realizó mi profesor Antonio Alvarez Mesta (también de la Pereyra), y fue una alegría ver a mis dos profesores juntos.
Antonio es un gran entrevistador y Silvestre le responde con anécdotas interesantísimas.
PALABRAS DE DESPEDIDA
Deseo que estas palabras que escribo, rindan honor a la memoria del gran padre, esposo y profesor que fue Silvestre. Y doy mi más sentido pésame a su esposa, la señora Luci, sus hijos Berenice, Lucila, Chive y Verónica (f), y a sus nietos y nietas.
Me permito agregar estas palabras de su hija Lucila que publicó en su facebook:
"Él siempre quiso que la música llegara a todos los estratos socioeconómicos, la mayoría no lo sabe pero enseñó a los niños de las colonias aledañas a Peñoles. Les pido que escuchen en su nombre, una de sus favoritas: Serenata, de Franz Schubert. Ojalá y pronto se le haga conocer a Chopin, Mozart, Schubert, Babe Ruth y a su padre".
Eindhoven, 25 de noviembre de 2023