La cultura o educación financiera es necesaria para poder desarrollar un proyecto de vida de forma razonable, siendo conscientes del estado de la economía y sabiendo gestionar los recursos que están a disposición de cada individuo.
Existe un consenso cada vez más generalizado que invita a la población a adquirir nociones o cierto aprendizaje sobre educación financiera. En este caso, no importa el nivel formativo de los consumidores ni de donde vengan, ya que todos interactuamos con el dinero y debemos mantener a raya nuestras finanzas.
La cultura o educación financiera es necesaria para poder desarrollar un proyecto de vida de forma razonable, siendo conscientes del estado de la economía y sabiendo gestionar los recursos que están a disposición de cada individuo. En este último apartado conviene prestar especial atención a las nuevas formas de financiamiento, como lo son los préstamos personales.
Los mercados financieros lo rodean todo
En la actualidad se nos exige participar en los mercados financieros y disponer de medios de pago para ahorrar, invertir, contratar seguros y mucho más. Por tanto, esto obliga a contar con una capacitación suficiente para mejorar la relación con las finanzas personales.
La educación financiera se define como la disciplina que permite a los individuos mejorar la comprensión de conceptos y productos financieros, prevenir el fraude, tomar decisiones adecuadas a sus circunstancias y necesidades para evitar episodios indeseables derivados de un endeudamiento exceso o condicionadas por posiciones de riesgo inadecuadas.
Desde la aparición de la pandemia de Covid-19, los dos últimos aspectos han tomado especial relevancia, tanto el endeudamiento como las posiciones de vulnerabilidad. No obstante, ya desde hace años existen otros medios, como el financiamiento a través de internet, que también invita a ponerse las pilas con la educación financiera.
Un ejemplo son los préstamos personales ya citados. Hace un tiempo, las principales entidades financieras eran los bancos tradicionales. Así, los clientes tenían que acudir a su sucursal y allí solicitar el producto que desearan: una línea de crédito, un préstamo o la ayuda que requirieran a través de procesos más burocráticos y tardados.
Sin embargo, el auge de internet ha traído consigo la aparición de nuevas plataformas que tienen sus ventajas, como la facilidad de uso, la rapidez de la solicitud y la aparición de múltiples opciones a tan solo un clic de distancia. La consecuencia directa es que, si a través del método tradicional, el empleado de banca actuaba como asesor financiero en algunos casos, ahora toda la responsabilidad recae en el cliente final cuando acude a estas plataformas.
Fintech frente a entidades tradicionales
Las fintech son, en esencia, bancos y financieras que operan a través de internet, de ahí su nombre. Hay muchas que ofrecen servicios de manera online en exclusiva, pero también hay bancos tradicionales que han ampliado su cobertura para trasladar a la red su presencia.
Sea como sea, las fintech tienden a ofrecer múltiples beneficios, y uno de los más reseñables es que los préstamos en línea son concedidos con mayor rapidez que en el caso de un banco tradicional.
A su vez, otro de los aspectos positivos es que, por lo general, los requisitos que imponen para conceder esa ayuda financiera son mucho menores. De este modo, cuando existe alguna urgencia para cubrir un pago o una necesidad con cierta premura para realizar una inversión, los préstamos personales en línea aparecen como una solución rápida y sencilla.
Igualmente, hay que tener en cuenta que este tipo de financiamiento no suele ser tan alto como otros que conceden los bancos tradicionales. Para todo esto, la cultura y la educación financiera son de gran ayuda, pues contribuyen a comprender mejor las opciones disponibles en el mercado.
Provident apuesta por la educación financiera
Una de estas plataformas que ofrece préstamos personales en línea es Provident. En su caso, los préstamos van desde los $2,500 a los $15,000 pesos. Durante su trayectoria han otorgado más de 14 millones de préstamos en 28 estados diferentes de la República Mexicana.
Esta entidad es fiel impulsora de la educación financiera y su modo de cooperar con este propósito es mediante contenido informativo y herramientas en sus canales digitales. En su blog, por ejemplo, ofrecen consejos de ahorro y términos financieros para fomentar el control sobre las finanzas personales.
Por otra parte, más allá de la amplia descripción de sus productos, otro aspecto interesante es que cuentan con una calculadora de préstamos para que el cliente sepa de antemano qué esfuerzo va a suponerle recibir este financiamiento. Es un simulador sencillo y totalmente seguro que aporta datos reales de lo que tendrá que ir abonando el usuario para devolver el préstamo.
Todavía hoy muchas personas consideran que el internet es un espacio poco seguro para temas financieros. Esta plataforma es la kryptonita de esa idea, pues ofrece desde su web información real y transparente, así como servicios totalmente validados por las entidades reguladoras en México que avalan su veracidad y calidad.