¿Qué influye en el rendimiento académico y cómo mejorarlo?
La capacidad de concentración de la población estudiantil se ha visto mermada por las distracciones tecnológicas dentro de la vida actual. Esto además de otros factores personales y sociales que obstaculizan la productividad y la mejora del rendimiento académico.
El principal reflejo son los resultados de pruebas académicas como PISA, donde México obtuvo 407 puntos, 71 puntos menos que en 2019.
Factores determinantes
Un estudio realizado a alumnos de la Universidad Politécnica del Valle de Toluca refiere que las características más importantes a tomar en cuenta son las de los propios estudiantes, es decir, “sus capacidades, vocación, experiencias previas, esfuerzo y disposición a aprender”.
En adición, las variables que más explican el rendimiento escolar son el nivel socioeconómico y cultural, expectativas del profesor y expectativas de los padres en relación con el rendimiento académico de las y los alumnos.
El contexto familiar se vuelve una de las bases. Gran parte del tiempo se le presta a las tareas escolares, por lo que influyen aspectos ambientales, la elección de técnica de estudio, compromiso y la motivación como vía hacia el logro de una meta.
La cobertura de las necesidades primarias también se incluyen en el punto anterior. Por ejemplo, en caso de no ser resueltas las necesidades económicas se exige al estudiante priorizar el trabajo sobre el estudio para aportar en la solvencia económica del hogar.
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Zoila García, especialista en Educación, reúne diversos hábitos de estudio para la mejora del rendimiento académico.
Recomienda establecer una rutina a temprana edad, idealmente desde kínder además de supervisar que los horarios se cumplan. Añade que existen personalidades que se les facilitará internalizar el hábito, sin embargo, a otros les podría costar.
El tiempo de estudio será de 20 minutos máximo para las y los pequeños. A medida que crecen, este periodo debe aumentar.
Es esencial destinar un lugar adecuado, con buena iluminación, cómodo y silencioso donde no haya televisión. Tampoco se debe estudiar sobre la cama, comiendo o en un sitio caluroso debido a que producirá somnolencia.
El estudio realizado a niños de ocho y nueve años encontró un incremento del 4 por ciento en las calificaciones después de la implementación de buenos hábitos de estudio, lo que demuestra la relación entre hábitos y rendimiento escolar.
Asimismo, la motivación forma parte primordial en el proceso de enseñanza-aprendizaje dentro de la teoría constructivista de la educación. Dicha teoría se centra en la construcción del conocimiento de la interacción social, la experiencia y tareas auténticas.
Lo anterior es debido a que fomenta la participación, reconocimiento y creatividad dentro de este proceso. El hecho de reconocer a los estudiantes públicamente mejora la percepción de eficiencia y satisfacción.