"No es mi intención afectar, quiero que sean justos… cuiden a sus elementos, que tengan más preparación, cursos, sensibilidad y ética, que puedan servir a la ciudadanía, proteger, no amedrentar ni imponer", señaló Emmanuel Azpilcueta, uno de los jóvenes que denunció ser agredido por elementos de la Policía Municipal cuando intentaba rendir su declaración por el homicidio de un hombre de nacionalidad coreana, luego de un accidente vial que ocurrió la madrugada del pasado sábado en Torreón.
El joven se encontraba sobre la calzada Colón y la calle Morelos junto a su amigo Héctor Escalera, estaban comprando burritos cuando se percató de un grupo de extranjeros que intentaba pedir transporte, por lo que acudió a ayudarlos, sin embargo, minutos después ocurrió el accidente, según dijo, fueron los primeros en acercarse de nuevo a la escena para intentar ayudar y comenzar a traducir entre las autoridades y los hombres.
Emmanuel resaltó la falta de preparación por parte de las autoridades que diariamente conviven con la población, ya que durante el accidente, al pedir información al grupo de extranjeros, ni siquiera se preocuparon si sabían hablar español, "todo iba normal pero les estaban haciendo preguntas a los acompañantes del chico del accidente, que también eran de la misma nacionalidad (no hablaban español), pero no les entendían, les hablaban en español y yo tuve que actuar como traductor".
IRREGULARIDADES
Luego de que Emmanuel se ofreció a ser testigo, otro de los elementos llegó de forma agresiva a sacarlo del lugar, sin importarle que era el traductor, comenzó a empujarlo y a decirle groserías en repetidas ocasiones, hasta que el joven se paró detrás de la cinta amarilla, fue entonces cuando el elemento volvió a empujarlo y lo sometió arrancándole las cadenas que portaba, al ver la acción hacia su amigo, Héctor se acercó a ayudar y también lo sometieron y a ambos los trasladaron a una celda.
Al detenerlos, los agentes nunca les dijeron bajo qué cargos realizaban el proceso, ni tampoco los derechos que tenían a partir de ese momento, además señalan que las condiciones en que se encontraba el lugar a donde los ingresaron eran insalubres e inhumanos.
A ambos los mantuvieron en una celda, "con clima", según les dijeron los oficiales en la Colón, la cual no solo estaba helada, sino también llena de orina, "estaban deplorables e insalubres, había una letrina pero los desechos no solo estaban ahí, sino que estaban por todo el suelo, el olor estaba impregnado". declaró Emmanuel.
Tras su liberación, decidieron realizar una denuncia pública a través de redes sociales y fue cuando inició la preocupación que tienen hasta el momento, pues temen algún tipo de repercusión por parte de las autoridades, aunque durante la tarde de ayer acudieron a las instalaciones de Derechos Humanos, y de la Fiscalía General de Coahuila, en esta última instancia para rendir su declaración sobre el hecho, e informarse sobre cómo proceder, "tenemos miedo de una persecución, que den con nosotros, nuestra familia o amistades, nos sentimos decepcionados y frustrados, porque al querer hacer el bien salieron las cosas mal", indicó Héctor.
Por lo que ambos hicieron un llamado al alcalde de Torreón, Román Alberto Cepeda, pidieron una mayor preparación para las corporaciones policíacas, "simplemente con la publicación salió mucha gente a exponer actitudes similares por parte de los oficiales… yo respeto mucho su trabajo, sé que es valioso lo que hacen, pero actuar así no esta bien".
Solicitaron al alcalde de Torreón estar atento a la corporación e impartir más cursos de ética para tener un trato adecuado.