(YOAN VALAT / EFE)
Trabajadores franceses molestos por la reforma propuesta de las pensiones tenían previsto paralizar trenes de alta velocidad, interferir con el suministro de electricidad y tomar las calles el jueves en una jornada de protestas y huelgas nacionales considerada como una gran prueba para Emmanuel Macron y su presidencia.
Según las nuevas normas, los trabajadores franceses tendrían que trabajar más antes de retirarse, ya que la edad básica para la jubilación subiría de los 62 a los 64 años. En un país con una población envejecida y una creciente esperanza de vida donde todo el mundo recibe una pensión del estado, el gobierno de Macron dice que la reforma es la única manera de que el sistema sigua siendo solvente.
Los sindicatos alegan que la reforma de las pensiones pone en peligro derechos muy peleados y propone un impuesto a los ricos o que los empleadores aumenten su contribución en las nóminas para financiar el sistema de pensiones. Los sondeos apuntan a que la mayoría de los franceses se opone a la reforma.
El jueves se esperaban más de 200 marchas en todo el país, incluida una en París en la que participarían todos los sindicatos de Francia.
Laurent Berger, líder del sindicato CFDT, afirmó en la televisora BFMTV que el gobierno prepara una reforma “injusta” y llamó a los trabajadores a “salir pacíficamente (a las calles) para decir que están en desacuerdo”.
Los sindicatos policiales opuestos a la reforma también participaban. Los agentes que no participarían en las protestas se preparaban para posibles incidentes violentos si grupos extremistas se unían a las manifestaciones.
La mayoría de los trayectos de tren en Francia estaban cancelados el jueves, incluidas algunas conexiones internacionales, según la autoridad ferroviaria SNCF. En torno al 20% de los vuelos que salían del Aeropuerto de Orly de París se habían cancelado y las aerolíneas advertían de retrasos.
Los trabajadores de la red eléctrica prometieron reducir la producción como forma de protesta, mientras que en torno al 70% de los maestros de preescolar y primaria dijeron que se negarían a trabajar el jueves, según reportes en medios franceses. Se esperaba que incluso los sindicatos de estudiantes de secundaria se sumaran a las protestas y cortaran el acceso a algunas escuelas.
Liliane Ferreira Marques, vendedora brasileña de 40 años que vive en Bouss-Saint-Antoine, al sur de París, dijo que llegaría tarde a trabajar porque había tenido que esperar para subir a uno de los pocos trenes a París y había muchos problemas de tráfico.
“Comparto la mayoría de las demandas de los huelguistas”, dijo. “Pero apenas me pagan el salario mínimo. Si hubiera podido, habría marchado con los huelguistas hoy, pero no puedo permitírmelo”. Le preocupaba que los cambios propuestos supusieran “trabajar más para ganar menos”.
El ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, reconoció “preocupaciones” provocadas por la reforma de pensiones que requerirán “un esfuerzo adicional” a los trabajadores. Pidió a los huelguistas que no paralizaran la economía del país. “El derecho a la huelga es una libertad, pero no queremos ningún bloqueo”, dijo en declaraciones a la televisora LCI.
Dussopt justificó la decisión de retrasar la jubilación porque el gobierno había descartado otras opciones que implicaban subir impuestos, algo que según dijo dañaría la economía y costaría empleos, o reducir la cuantía de las pensiones.
El gobierno francés presenta oficialmente el lunes la propuesta de ley sobre pensiones, que llegaría al Parlamento el mes que viene. Su éxito depende en parte de la escala y duración de las huelgas y protestas.
Los cambios propuestos suponen que las personas que hayan trabajado al menos 43 años tendrán derecho a una pensión completa. Los que no cumplan ese requisito, como muchas mujeres que interrumpieron su carrera para criar a sus hijos o los que estudiaron durante mucho tiempo y empezaron a trabajar más tarde, la edad de jubilación se mantendría en los 67 años.
Los que comenzaron a trabajar pronto, antes de los 20 años, y los trabajadores con graves problemas de salud podrían retirarse antes.
Macron ya intentó subir la edad de jubilación en 2019, una iniciativa que fue recibida con prolongadas huelgas y que el mandatario retiró finalmente cuando llegó la pandemia del COVID-19.