Otros fármacos que no estaban disponibles fueron el clopidogrel, para quienes tienen historia clínica de infarto agudo al miocardio. (ARCHIVO)
Esta semana se reportó desabasto de claves de medicamentos en la Unidad de Medicina Familiar (UMF) No. 29 del Seguro Social ubicada en el Parque Industrial de Gómez Palacio y que atiende a personal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Lunes y martes no había ni ácido acetilsalicílico de 300 mg, conocido popularmente como aspirina; el 11 de diciembre tampoco estaba en existencia la dapagliflozina para tratar la diabetes además de amlodipino y bisoprolol para el control de la presión arterial y atorvastatina para disminuir los niveles de colesterol en la sangre.
Otros fármacos que no estaban disponibles fueron el clopidogrel, para quienes tienen historia clínica de infarto agudo al miocardio, así como el sacubitril/valsartán para tratar la insuficiencia cardíaca. Tampoco había loratadina, indicada para el alivio de los síntomas de urticaria crónica y otras afecciones alérgicas dermatológicas. De todo ello, El Siglo de Torreón cuenta con evidencias, pues en las propias recetas que mostraron los derechohabientes, se colocó un sello por parte de la Dirección Regional Norte que decía "No existen".
Derechohabientes que prefirieron el anonimato, dijeron que, en la farmacia, el encargado está desesperado y les ha comentado que en 20 años no había visto algo así, que hace mucho que el camión con medicamento no iba "y que va la gente y le mienta la madre", además de que en el sistema había un faltante de 54 claves. Como no les resolvieron el surtimiento, algunas personas fueron apoyadas con la compra de fármacos por parte del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (Surtem).
Ayer, esta casa editora hizo un recorrido por el lugar y se pudo observar que a las afueras de la farmacia había algunas cajas recién llegadas con varias claves, aunque en farmacia se informó que seguían pendientes medicamentos como la loratadina y la aspirina. Incluso, los anaqueles lucían todavía semivacíos. Usuarios también señalaron burocracia en los trámites del IMSS, pues cuando en el consultorio les prescriben una receta médica y no se puede surtir por desabasto en la farmacia, ésta pierde vigencia y tienen que volver a sacar cita con el médico para repetir el proceso.