Macron también se pronunció sobre la rebelión del M23. (AMPE ROGERIO / EFE)
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, afirmó hoy que la República Democrática del Congo (RDC) no debe ser un "botín de guerra" y condenó el conflicto que sacude al este de ese país, donde operan decenas de grupos armados como el Movimiento 23 de Marzo (M23), que combate actualmente al Ejército congoleño.
"La República Democrática del Congo no debería ser un botín de guerra. El saqueo abierto de la República Democrática del Congo debe cesar. Ni saqueo, ni balcanización, ni guerra", afirmó Macron en Kinsasa en una rueda de prensa conjunta con su homólogo de la RDC, Félix Tshisekedi, en el marco de su gira esta semana por África.
El mandatario francés defendió la "integridad" de la RDC, pero advirtió de que Francia no tiene "una solución por sí sola", pues "la solución está en un despertar colectivo".
"Desde 1994, perdón por decirlo en términos tan crudos, ustedes no han podido restaurar la soberanía, ni militar, ni de seguridad, ni administrativa de su país. Es una realidad", aseveró.
Macron también se pronunció sobre la rebelión del M23, que ha conquistado amplios territorios en el último año en la provincia nororiental de Kivu del Norte, rica en minerales, y al que el Gobierno congoleño vincula con Ruanda, extremo que niega Kigali.
"He sido muy claro sobre la condena del M23 y quienes lo apoyan. Denunciamos, condenamos", enfatizó el líder galo, sin anunciar ninguna sanción, como exige Kinsasa para Ruanda.
Macron se limitó a instar a todas las partes a "asumir la responsabilidad, incluida Ruanda".
El mandatario expresó su confianza en las iniciativas africanas para solucionar el conflicto, como el proceso que lidera desde noviembre pasado el presidente de Angola, João Lourenço, mediador de la Unión Africana entre la RDC y Ruanda y con quien se reunió este viernes en Luanda.
El jefe de Estado francés sugirió la posibilidad de un alto el fuego el próximo martes que contaría con el apoyo de Angola, Ruanda y la RDC, si bien esas treguas se han incumplido en el pasado.
"Pido ver especialmente a nivel de las sanciones, porque sigo siendo escéptico sobre la buena fe de quienes nos agredieron", alegó, por su parte, Tshisekedi.
Macron termina hoy en Kinsasa una gira que esta semana le llevó también a Gabón, Angola y la República del Congo (Congo-Brazaville) en un marco de creciente influencia china y rusa en África.
Desde la reanudación de los combates del M23 en marzo de 2022 después de varios años de calma, el grupo ha ocupado áreas y localidades estratégicas y el temor a la violencia ha obligado a más de medio millón de personas a dejar sus casas, según la ONU.
Los avances rebeldes coinciden con una escalada de tensiones entre la RDC y Ruanda por la presunta colaboración de Kigali con el M23.
Ruanda siempre ha negado ese extremo, pese a que al menos dos informes de la ONU confirmaron la cooperación.
Asimismo, Ruanda y el M23 acusan al Ejército congoleño de aliarse con las rebeldes Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), fundadas en 2000 por cabecillas del genocidio de 1994 y otros ruandeses exiliados en RDC para recuperar el poder político en su país de origen.
Las Naciones Unidas también han confirmado esa colaboración.
El este de la RDC lleva más de dos décadas sumido en un conflicto avivado por milicias rebeldes y el Ejército, pese a la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco).