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CLAUDIO MARTÍNEZ

Ni en el lejano 1990 cuando se ganó el campeonato de la Zona Norte, los Algodoneros de Unión Laguna habían generado tanta expectación entre sus aficionados como este 2023; Guillermo Murra Marroquín, propietario de la franquicia, fue enfático y categórico al señalar que esta temporada iba por el título de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB); en su momento esas palabras parecía que se las llevaría el viento, pero vaya sorpresa cuando con el paso del tiempo se dieron hechos que ilusionaron porque aquellas palabras eran respaldadas con hechos reales, y no solamente por la presencia temporal de Didi Gregorius, sino por la presencia de jugadores como Jonathan Villar, Allen Córdoba y Luis Sardiñas quienes llegaron desde 2022, Braden Webb, Joe Van Meter, Thomas McIlraith y otros más, para presentar en el papel un roster demasiado interesante.

Las intenciones del mandamás de la franquicia lagunera aparecieron con seriedad en 2022, motivado porque un año antes Algodoneros perdió el primer play off en siete juegos, frente a Mariachis de Guadalajara, el mejor equipo del calendario regular, encabezado por Adrián González, y con Benjamín Gil como manager. Unión Laguna dejó en ese 2021 una muy grata impresión con Omar Malavé, el manager venezolano que posteriormente perdiera la vida. Para el 2022 había que traer a un nuevo manager y el elegido fue Óscar Robles; las cosas no se le dieron al de Tijuana y fue cesado cuando el equipo tocó el sótano general de la LMB; el coach de banca Ramón Orantes, tomó al equipo de manera interina, pero ante la buena racha en que entró el equipo hicieron que semanas después a Orantes le quitaran la etiqueta de interino.

Esta última decisión marcaría el futuro de los Algodoneros, porque en lugar de mejorar la actuación de 2021, se dio un paso atrás, al caer en cinco juegos frente a Tecolotes de los Dos Laredos. Un equipo que piensa en grande y en realidad aspira a ser campeón, requiere un manager como Félix Fermín, con amplia y exitosa trayectoria en la fuerte liga de su país, en Series del Caribe, y en México, a donde llegó y en su debut hizo campeones a los Sultanes de Monterrey. Hoy los equipos aspirantes en la Zona Norte, tienen manager triunfadores, como el mismo Félix Fermín (Tecolotes), Roberto Kelly (Sultanes), Homar Rojas (Toros) y Carmelo Martínez (Saraperos). El siguiente paso en busca del campeonato tiene que ser un manager ganador, que sea auténtico líder y que lleve en completa armonía el vestidor.

Hasta hoy no hay argumentos suficientes para calificar el trabajo de José Molina, que no es un manager improvisado y de inmediato puso su sello, porque en los cuatro juegos que ha dirigido hasta el martes, ni Alex Gallegos, ni Bryan Menéndez ni Marco Fregozo han tenido actividad; Molina busca utilizar a sus mejores brazos disponibles, como debe ser, aunque el resultado no sea el mejor, como sucedió el martes en Durango, cuando se llamó del bullpen a Jeff Ibarra y Alberto Leyva, relevistas de mucha confianza, y a quienes las cosas no se han dado en sus últimas salidas. Existe una versión de que un grupo de jugadores está molesto por el cese de Ramón Orantes, y habría que preguntarle a estos elementos porque no demostraron en el terreno de juego, el deseo de apoyar a su manager.

El mal momento actual de Unión Laguna tiene sus razones y se debe a las malas decisiones, como aceptar un "refuerzo" como Chad Sedio, pero lo peor vino posteriormente, al regalar a Sedio la titularidad en la segunda base, en perjuicio de Albert Lara, un jugador más que cumplidor con el que se cometió una gran injusticia. Después vinieron decisiones muy costosas, como aguantar demasiado a algunos lanzadores inicialistas, no relevar con el pitcher más confiable, traer un relevista sin calentar lo suficiente en el bullpen, mantener a Nick Torres tanto tiempo como cuarto bate, y poner a jugadores en una posición defensiva que no dominan, como Alex Flores en el jardín izquierdo, Allen Córdoba en segunda base o el jardín central, o dejar a Edgar Robles en la banca contra lanzador zurdo, cuando se trata del mejor defensivo de la LMB en 2022.

 Hoy calificar entre los tres primeros lugares resulta prácticamente imposible, e incluso la misma calificación está en enorme riesgo, porque el equipo no está motivado; las diferencias en la oficina han perjudicado al grupo de jugadores, y lo más triste es que los buenos aficionados vivirán un año más de frustración. Es indudable que su equipo de trabajo le ha fallado a Guillermo Murra Marroquín, y son necesarios cambios inmediatos, porque sería muy lamentable que el propietario de la franquicia perdiera el ánimo y el equipo volviera a quedar a la deriva. Es importante siempre considerar que para obtener resultados diferentes, hay que hacer las cosas diferentes; hay en la organización quienes ya demostraron que no son opción para hacer a un equipo grande.

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