
Lo último que Julia (interpretada por Julieta Egurrola) supo de su hija, fue que entró a un bar y después nadie volvió a saber nada de ella.
El siguiente artículo contiene spoilers.
El pasado 11 de enero se estrenó en Netflix Ruido, un filme de la directora mexicana Natalia Beristáin con duración de 104 minutos que sigue la historia de Julia, una madre que busca incansablemente a su hija Ger (Gertrudis), que desapareció nueve meses antes.
En el camino que recorre Julia, la protagonista, para tratar de rastrear el paradero de su hija, se encontrará con un dolor compartido, un mal común en un país con más de 100 mil desaparecidos, y en el que buscar por los que no buscan arrastra a situaciones límite.
UNA MADRE BUSCANDO A SU HIJA
Lo último que Julia (interpretada por Julieta Egurrola) supo de su hija, fue que entró a un bar y después nadie volvió a saber nada de ella. Nueve meses después, la despierta la llamada del fiscal a cargo del caso para comunicarle que tiene que presentarse al ministerio público ya que localizaron un cuerpo con las características de su hija.
Tras la espera doliente para poder acceder al cadáver, que podría ser el de su hija, el fiscal aparece y manifiesta que hubo una confusión, mostrando así la ineptitud de las autoridades mexicanas.
Julia experimenta la ira al ser víctima de la burocracia y de la poca sensibilidad de los que llevan los casos de desapariciones, que más que alumbrar hacen más opacas las indagatorias.
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