El BSC ha creado desde 2019 cuatro chips basados en la familia Lagarto.
El Barcelona Supercomputing Center (BSC-CNS) ha presentado este miércoles el nuevo chip Sargantana, basado en una tecnología de código abierto que sus propulsores quieren que ayude a impulsar la soberanía tecnológica europea para reducir así la dependencia de las grandes corporaciones multinacionales.
Es la tercera generación de procesadores de la familia Lagarto, diseñados íntegramente en el Centro de Supercomputación Nacional con sede en Barcelona y con apoyo de fondos europeos.
En su presentación, los responsables del BSC han explicado que se trata de un "paso adelante en el desarrollo de chips europeos de altas prestaciones", que supone un avance "crucial" para reforzar la posición de liderazgo del BSC en la investigación en tecnologías de computación de código abierto RISC-V (la nomenclatura técnica) en Europa.
El BSC ha creado desde 2019 cuatro chips basados en la familia Lagarto, y en 2022 y 2023 han desarrollado dos que incluyen el procesador Sargantana: el propio chip Sargantana y el chip Kameleon, la cuarta generación.
Este último procesador Sargantana es importante para el avance del proyecto porque "tiene un rendimiento más elevado que supera significativamente al anterior", ha destacado el coordinador del proyecto, Miquel Moretó, en la puesta de largo de Sargantana junto al director del BSC, Mateo Valero, y al conseller catalán de Investigación y Universidades, Joaquim Nadal.
La idea es que el chip Sargantana funcione como piloto para crear en un futuro la quinta generación de chips, que sirvan para distribuirlos entre las universidades y se utilicen como material docente para grados y posgrados.
En este sentido, la red RISC-V es la antesala al proyecto SOHA (de sus siglas en inglés), una alianza formada por 29 universidades y tres centros de investigación de España para contribuir al desarrollo y la docencia en todo el país.
La Unión Europea identificó en 2017 la carencia de hardware propio como una de las principales vulnerabilidades, por el riesgo de espionaje industrial que supone una dependencia excesiva de los chips diseñados y producidos fuera de Europa, especialmente en Estados Unidos, Taiwán, China, Japón y Corea del Sur.
Fue entonces cuando el BSC recibió el encargo de la Unión Europea de liderar el desarrollo científico de los futuros chips europeos para dotar al mercado de una alternativa libre y local, apta para la computación de altas prestaciones, la inteligencia artificial, el sector del automóvil y el internet de las cosas.
En el proyecto se ha trabajado en coordinación con investigadores de otras universidades y centros de investigación como el Centro de Investigación en Computación del Instituto Politécnico Nacional de México (CIC-IPN), el Centro Nacional de Microelectrónica (CNM-CSIC), la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), la Universitat de Barcelona (UB) y la Universitat Rovira i Virgili (URV).
Moretó ha subrayado las ventajas del diseño de semiconductores de código abierto para permitir la colaboración de empresas e instituciones académicas de todo el mundo.
"El nuevo chip Sargantana está disponible para todos de forma gratuita, permitiendo una nueva era de innovación de procesadores a través de la colaboración abierta en la que cualquier persona de cualquier lugar podrá beneficiarse de la tecnología RISC-V", ha afirmado.
Moretó ha precisado que Sargantana es un chip experimental, un prototipo de investigación que permitirá probar aplicaciones con tecnología RISC-V y profundizar en el conocimiento, pero todavía no está pensado para utilizarse en ordenadores ni en otros dispositivos "domésticos".
Tanto para España como para el conjunto de Europa diseñar procesadores propios es básico para ser cada vez más competitivos, y de ahí que Moretó y las administraciones pongan el acento en la necesidad de formar a los futuros profesionales de un sector que sin duda aportará gran valor a la cadena productiva.
En ese sentido, ha destacado el esfuerzo conjunto de Cataluña, España y Europa para tener tecnología europea hecha en Barcelona y formar ingenieros en este campo.
El proyecto Sargantana ha contado con financiación del Proyecto Estratégico de Transformación para el sector de los semiconductores, el conocido como PERTE Chip, el de mayor inversión de todos los proyectos de transformación industriales aprobados por el Gobierno español, así como de fondos europeos del Programa Operativo FEDER de Cataluña 2014-2020, con el apoyo de la Generalitat.