La fiscalía cree que el expresidente violó la Ley de Espionaje, obstruyó la Justicia y destruyó documentos.
Dos años después de que seguidores del entonces presidente de Estados Unidos Donald Trump asaltara el Capitolio del país, el republicano quiere volver a la Casa Blanca, pero poco a poco se está viendo más acorralado por las investigaciones en su contra y se multiplican las voces que le dan la espalda.
El 6 de enero de 2021, miles de personas irrumpieron de forma violenta en el edificio del Congreso para intentar impedir la ratificación de la victoria electoral del demócrata Joe Biden espoleados por las falsas acusaciones de fraude vertidas por Trump.
Hubo cinco muertos y unos 140 agentes heridos en ese episodio, que todavía marca la agenda política y mediática del país.
Según el Departamento de Justicia, más de 950 personas han sido arrestadas por su participación en el ataque y 192 han recibido penas de cárcel ya sea en juicios o por acuerdos de culpabilidad.
TRUMP, PRINCIPAL RESPONSABLE
Han tenido que pasar dos años para que el comité del Congreso que ha investigado los hechos señalara al principal responsable: Donald Trump.
En el informe final, presentado el 19 de diciembre, el comité pidió al Departamento de Justicia imputar penalmente al republicano, y exhortó al Congreso impedir que Trump pueda presentarse de nuevo en las elecciones de 2024.
Tras meses exponiendo con testimonios lo que pasó dentro de la Casa Blanca durante el asalto al Capitolio, el comité concluyó que Trump cometió los delitos de incitar a una insurrección, obstruir un procedimiento oficial, defraudar al Gobierno y hacer declaraciones falsas.
En el Departamento de Justicia las cosas van despacio. Fue en noviembre cuando Merrick Garland, fiscal general de Estados Unidos, nombró a un fiscal especial para investigar el papel de Trump en el asalto.
"Estamos comprometidos con garantizar la rendición de cuentas por los responsables del ataque a nuestra democracia y haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que no vuelva a suceder", dijo Garland en un comunicado.
ROBO DE DOCUMENTOS
A ello se suma una investigación que ha acaparado titulares en los últimos meses: la del Departamento de Justicia contra Trump por haber llevado ilegalmente documentos clasificados de la Casa Blanca a Mar-a-Lago al dejar el cargo.
El FBI encontró decenas de esos documentos de alto secreto durante un registro el 8 de agosto en Mar-a-Lago; Trump denunció una "cacería de brujas".
La fiscalía cree que el expresidente violó la Ley de Espionaje, obstruyó la Justicia y destruyó documentos, delitos que podrían conllevar desde multas hasta penas de prisión e inhabilitación para ocupar cargos políticos.
No son las únicas causas pendientes del multimillonario, quien también afronta acusaciones por irregularidades financieras de su emporio en Nueva York.
PIERDE PESO EN EL PARTIDO
Pese a estos escándalos, el Partido Republicano, casi completo, cerró filas en torno a Trump, pero todo cambió en las elecciones de medio mandato de noviembre, cuando los republicanos obtuvieron una victoria mucho más modesta de lo esperado y muchos candidatos radicales impulsados por el expresidente sufrieron severas derrotas.
Varias voces han pedido desde entonces su relevo e incluso el lanzamiento de su campaña presidencial para 2024 fue recibido con frialdad por los medios ultraconservadores que lo apoyaban.
Peso político
A dos años del asalto al Capitolio, el peso político de Trump en Estados Unidos ha ido bajando:
*Han tenido que pasar dos años para que el comité del Congreso que ha investigado los hechos señalara al principal responsable: Donald Trump.
*El comité concluyó que Trump cometió los delitos de incitar a una insurrección, obstruir un procedimiento oficial, defraudar al Gobierno y hacer declaraciones falsas.
*A esta trama se suma el robo de documentos clasificados de la Casa Blanca y tramas administrativas en NY.
