Por la salud del Padre Gerardo Zataráin
El largo proceso del periodismo desde sus bases, el camino recorrido, el tiempo invertido y sobre todo la pasión que acompañó lo vivido, es como un patrimonio del alma, pues no son las metas, ni el final de cada contienda, sino el viaje como tal, con todas sus aventuras, que nos da la capacidad de recrear sonidos añejos, voces que apagó el tiempo, rostros mil que fueron desfilando.
Y calan los recuerdos, pues al convocarlos, el cerebro los trae a racimos, porque los ha tenido almacenados y no encuentra ya donde ponerlos. Así aparece de pronto Don Valente Pérez H., el magnate de las revistas Futbol, Lucha Libre, Nocaut y Muscle Power, con su voz enérgica y su sapiencia feroz, hombre bipolar que cuando invitaba a la redacción era de comer y beber a placer. Además subía al foro del Marrakesh y bailaba flamenco que por igual bautizaba a los nuevos astros de la lucha; Mil Máscaras, Tinieblas, Mano Negra, El Solitario, Herodes, Aníbal, El Sicodélico.
Ahí mismo Héctor Valero Meré, jefe, amigo y como un segundo padre. Enseñaba algo en cada plática. Un viernes de luchas estelares en la Arena México, Santo y Blue Demon era la pareja estelar contra René Guajardo y Karloff Lagarde. Corrimos con Fidel "Foforito" el fotógrafo al callejón de los vestidores, cuando ya salían los famosos encapuchados. Valero le tiró el grito a Don Alejandro, su compadre, para la foto y completó con El Santo. "Profe, por favor". Su pararon y Demon extendió su mano, Santo su brazo al frente. La foto perdura hasta la fecha. Inolvidable.
Eugenio Ferreira, años después, estelar de la cámara en la revista El Halcón, hermana de Pénalty, ambas de Anuar Maccise, le pidió a El Solitario, que era el ídolo de moda una foto diferente y se la concedió. Le dijo, ponte cerca del poste porque me voy a tirar por encima, no de lado" El viernes a la noche, sacó a golpes a Mil Máscaras del ring y éste se fue tambaleante. Cuando estuvo por la esquina, se lanzó volando como un águila que busca victoria y triunfo. Esa fue portada estelar. Fotaza.
En Nueva York, 1994, después de Bulgaria vs Alemania en el estadio de los Gigantes, fuimos a la sala de prensa, solo para acreditados. Estaba Josep Blater dando entrevistas en diversos idiomas. El gran Guillermo Cañedo Bárcenas (f) miembro estelar de FIFA vio al reportero entre la bola y le llamó. ¿Quieres hablar con Blater?. Yo te lo pongo. Y al rato lo jaló y lo puso para los mexicanos con este columnista al frente y el viejo dirigente hablando en español, por petición de Don Guillermo, que era un tipazo. Le hablaba de tú a todos, con suavidad y pedía todo por favor. Un señorón.
En 1982, en Sevilla, luego del trepidante Francia vs Alemania, cuando Schumacher arrolló a Batiston y ganó al final con llenazo en el Sánchez Pizjuan, fuimos a cenar a un lugar cerca del Río Guadalquivir con Hugo Sánchez, Gerardo Peña, Dosal, Roberto Guerrero y Jorge Ventura, que se espantó por los gritos laguneros de Flaco Sánchez (f) y Gustavo Valdés que llegaban al lugar saludando a su paisano como lo hacemos todos nosotros, con esas formas y palabras.
En 1988 en París, parada de taxis Mercedes Benz en Champs- Elysees en la Plaza Charless de Gaulle, cerca del Arco del Triunfo, el querido compañero Bernardo de la Serna, magnífico narrador colombiano-mexicano renegaba porque los taxistas nos discriminaban pues daban preferencias a clientes alemanes y suecos. Decía Bernardo (f) ¿cómo saben éstos que no somos europeos, cómo se dan cuenta que somos latinos?. Por ello es bueno recordar al gran Pablo Neruda en estos casos pues bien decía: "Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida".