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Familiares de las víctimas asesinadas en la masacre escolar de Uvalde confrontaron el martes al director de Seguridad Pública de Texas, Steve McCraw, en un emotivo final para una jornada de protestas en el Capitolio del estado sobre las leyes de armas de fuego.
Velma Duran, cuya hermana Irma Garcia fue una de dos maestras asesinadas en la Escuela Primaria Robb en mayo pasado, increpó a McCraw ante la mirada de otros residentes de Uvalde y defensores de los controles a las armas de fuego en una sala de comisión del Capitolio, donde McCraw rindió su testimonio ante legisladores.
Diecinueve niños fueron asesinados en la escuela situada en Uvalde, uno de los peores tiroteos escolares en la historia de Estados Unidos.
Duran interrumpió brevemente la audiencia para gritarle desde su asiento a McCraw por la respuesta de la policía, la cual esperó más de una hora antes de confrontar al agresor que estaba armado con un fusil tipo AR-15 dentro de un aula de cuarto grado.
“Se quedaron sin hacer nada y le permitieron al agresor hacer trizas a mi hermana. Quedó irreconocible”, le gritó Duran a McCraw. “¡Míreme!”
McCraw se acercó y le susurró algo a Duran, pero se desconoce qué fue lo que le dijo antes de salir del lugar.
Brett Cross, tío de Uziyah Garcia, una víctima de 10 años, siguió a McCraw mientras salía y posteriormente reveló que sostuvo una breve conversación con el funcionario dentro de un ascensor.
Un portavoz del Departamento de Seguridad Pública no respondió de momento a una solicitud de comentarios sobre los encuentros con familiares de las víctimas.
El inusual episodio dentro del Capitolio se produjo apenas horas después de que una multitud de simpatizantes de los controles a las armas de fuego protagonizaron una protesta en el exterior. El gobernador del estado, el republicano Greg Abbott, y dirigentes de la mayoría republicana en la legislatura estatal no han mostrado apoyo a aprobar nuevas restricciones a las armas de fuego de aquí a mayo, periodo que representa la primera oportunidad de aprobar nuevas leyes desde que ocurrió la masacre.
McCraw ha dicho que no presentará su renuncia a pesar de que algunos residentes de Uvalde han exigido que deje el cargo.
McCraw ha calificado la respuesta general a la masacre como un “rotundo fracaso”, y siete agentes de la policía estatal se encuentran bajo revisión interna por sus acciones durante el tiroteo. Cuatro de ellos fueron absueltos de cualquier irregularidad y uno más presentó su renuncia antes de que concluyera el proceso. Dos más fueron despedidos, y uno de ellos se encuentra actualmente apelando la decisión.
Algunos miembros de la audiencia le pidieron a gritos a McCraw que renunciara mientras salía de la sala. Los legisladores permanecieron en silencio mientras Duran continuaba con sus críticas hacia ellos y la policía, mientras que un miembro del personal del Capitolio intentaba hablar con ella.
La audiencia se reanudó poco después.