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Columna

Vida Campirana

MARTHA LOURDES ROBLES ARELLANO

AÑORANZA CAMPIRANA

Con frecuencia solemos escuchar que la vida en el campo es más sana, tranquila, y feliz y hasta cierto punto es cierto, ya que comparada con el continuo trajinar de las ciudades, el campo es para muchos, más atractivo para vivir; sin embargo considero que existe una gran verdad que las autoridades no quieren reconocer, que hoy la vida en el medio rural es cara y sufrida para la mayoría de las familias, ya que a partir de la reforma del Artículo 27 Constitucional que antes daba seguridad al ejido, a partir de esta reforma llevada a cabo en la administración del entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, quien permitió que a partir de entonces los ejidatarios vendiesen sus tierras, que hoy son pequeñas propiedades y están en manos de empresarios neoliberales que dan ocupación de trabajo a muchos de estos hombres y mujeres, que antes fueron dueños de estas tierras, hoy esos padres de familia luchan también por sacar adelante a sus hijos y para que se superen, debiendo trasladarse a estudiar a las ciudades, en otros casos son las familias completas quienes tienen que emigrar y dejar la vida del campo por cuestiones de trabajo; para quienes han optado por continuar su arraigo en el sector rural, este sector que tienen limitantes o deficiencias en servicios como agua, asistencia médica, educación, trabajo y la compra de alimentos básicos a precios estratosféricos, entre otros…

Ahora bien, ¿qué hacer para ayudar a estas familias rurales? Sugiero que las autoridades competentes realicen primeramente acciones de motivación y apoyo a estos núcleos familiares, en las que les inviten a cambiar su estilo de vida y produzcan sus propios alimentos a través de establecimientos de huertos familiares, plantar árboles frutales, criar animales, todo ello les permitirá obtener de manera directa, sana y económica sus alimentos; además se deberán capacitar a las amas de casa de cómo aprovechar algunos excedentes de la cosecha y hacer de los tomates, chiles, sus envasados y conservas de frutas, que podrá disfrutar sanamente la familia durante todo el año y que pueda ser además una fuente de ingresos para las familias rurales, y tenemos un ejemplo muy digno de imitar y me refiero a las familias menonitas quienes hacen todo esto que he mencionado. ¿Qué les parece que todas las familias que aún no contamos con un cocedor, tengamos uno donde elaborar pan y otras delicias culinarias campestres?, en fin todo es cuestión de motivación y hacer la vida en el campo más placentera y saludable, por lo que exhorto a las autoridades en sus diferentes niveles de gobierno a voltear la vista al campo y llevar lo necesario para evitar que estas familias emigren a la ciudad; todo es cuestión de dar difusión acerca de las bondades de la vida campirana, lo que la ciudad nos arrebató, como lo es el espacio, tranquilidad, aire puro, libertad, alejados un poco también de la sofocante pero necesaria tecnología, que también nos aleja de nosotros mismos y nuestros semejantes, como son el celular, la computadora, y que han dado margen al aislamiento de la sociedad que vive un mundo vacío y llena el ocio de muchas personas con información vertida a través de las redes sociales.

Yo le invito, amable lector a disfrutar la vida en el campo, y a enseñar a sus hijos el respeto y amor a la naturaleza, disfrutemos esta bella vida que nos brinda la magia del universo, donde se aprecia lo que en la ciudad ya casi no podemos apreciar, como lo es el susurro del viento, el canto de las aves, el verde color de los árboles, los alegres colores de las flores y mariposas, el candente sol que madura los frutos, el azul del cielo y las nubes de algodón, la vida de los animales silvestres, y en las noches, cómo se admiran las estrellas, las diferentes fases lunares y el sonido de los animales nocturnos; todo esto se puede aún vivir en el medio rural y que debemos defender sobre todo a las familias que viven aún en estos lugares y juntos debemos preservar como una forma de vida sana y feliz, que es en sí lo que encierra la vida campirana. ¿No lo cree usted así?; pero cierto es que nunca como hasta hoy, la vida en el sector rural se había visto verdaderamente amenazada por múltiples razones, que hacen que este importante sector primario viva en constante preocupación, porque desde hace algunos años de manera paulatina se han hecho cambios drásticos que han afectado la vida y la productividad en el sector rural; cabe mencionar que después de concluir mis estudios profesionales a finales de 1981 en la UAAAN Unidad Laguna, ingresé a trabajar a la entonces SRH, hoy SADER, y era un encanto para los empleados el ver que cada uno de nosotros daba nuestro mejor esfuerzo en nuestra actividad correspondiente, pues a los médicos veterinarios e ingenieros agrónomos, nos satisfacía grandemente dar asistencia técnica de la mano de los productores, para atender los animales y los cultivos; había también un importante número de trabajadoras sociales que brindaban apoyo integral a las familias campesinas, a quienes ayudaban a establecer los huertos familiares, también en la crianza de animales como pollos, patos, guajolotes, conejos y cerdos y esta misma dependencia tenía un centro de especies menores, con un centro de crianza de aves para promover la crianza entre estas familias, este mismo centro contaba con un área de crianza porcícola, con cerdos de alta calidad genética, que se vendían para pie de cría, para impulsar la producción entre estas familias, en esta área porcícola inicie mi actividad profesional con gran satisfacción por varios años, lamentablemente este centro desapareció; existió también en esta misma secretaría un programa nacional radiofónico agropecuario denominado "Voces del Campo", del cual fui responsable y también conductora por varios años en la programación local para la región lagunera de Coahuila y Durango, el cual fue muy importante para mantener informada y orientada a las personas del sector, sobre los programas, apoyos y actividades a desarrollar en el campo, solo por mencionar éstas, que fueron algunas de las muchas cosas con las que se contaba para ayudar al campo y que han desaparecido, tema del que próximamente, de una manera precisa, habré de continuar, con la esperanza de que el gobierno lo retome para bien de la producción del campo y del bienestar de las familias del sector rural.

Y como siempre, al finalizar, un bello mensaje para meditar.

"Yo viví en la soledad del campo y noté como la monotonía de una vida tranquila estimula la mente creativa."

Albert Einstein (1879-1955)

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