Destacó que en el puerto de Mazatlán, Sinaloa, se inauguró de manera oficial lo que vino a ser el primer CRIT o Centro de Rehabilitación e Inclusión Infantil por parte de la Fundación TELETÓN de México, institución filantrópica que durante décadas se ha encargado de atender a niños de estratos sociales con carencias económicas a través de apoyo y terapias de auténtica inclusión como lo son los muy diversos tratamientos, aparatos ortopédicos, instalaciones deportivas paralímpicas y especialistas de primer nivel tanto como técnicos altamente calificados en el Sector Salud y de la recuperación.
Gracias a la iniciativa humanitaria de Fernando "Chubbie" Landeros es que millones de mexicanos pueden disponer en buena medida de un centro de rehabilitación, salud y reinserción sin el cual muchas de las familias a las que ampara esta noble institución se verían por completo desprovistas de los mínimos elementos tanto como del trato oportuno y digno que la mayoría de las instituciones públicas en el país no han sido capaces de proveer, ni sostener siquiera, a un mayor número de ciudadanos que por naturaleza misma demandan este tipo de atención y auxilio.
Con aparente normalidad se daba la inauguración del evento pese a la presencia de elementos de la Guardia Nacional que disfrazados de civiles solo destacaron por su trato osco y poco educado para con la ciudadanía en general, y acaso un intento de protesta pública con pancartas por parte de grupos de mujeres que fueron inmediatamente encapsuladas e intimidadas por otras mujeres; las que integran la Guardia Nacional.
Todo iba bien hasta que apareció la hija del Gobernador Rubén Rocha Moya que trató de aprovecharse del evento en lo que para muchos fue un intento burdo y fuera de lugar por tratar de posicionarse políticamente-y sin credibilidad alguna-cuando de pronto, hizo aparición el propio Rocha.
En un discurso paupérrimo en el que pretendía emular al Presidente López recurriendo incluso al mismo tono que es típico del titular del Poder Ejecutivo, el morenista Rubén Rocha inició aludiendo al supuesto caso de dos hermanos suyos con capacidades diferentes de manera tan poco correcta como degradante, no solo para el público presente sino también para los familiares de quienes estarían por ingresar como derechohabientes de dicha institución benefactora, rematando para asombro y estupor de todos-incluyendo el del Presidente de la República-con equiparar a quienes padecen alguna discapacidad física o psicomotriz con los consumidores de drogas y hasta con quienes tienen parientes homosexuales.
Tan deplorable fue la presencia como las palabras del Gobernador de Sinaloa que incluso López quedó mejor parado con su propio discurso-aún y cuando su presencia no pareció entusiasmar a nadie en particular tampoco-lo cual ya es mucho decir.
Resulta imperdonable en un representante popular no solo la incapacidad intelectual manifiesta por parte de quien en dado momento presumía el haber sido "académico" y Rector de la Universidad Autónoma de aquella entidad; imperdonable tanto por el grado de impreparación como por la falta de sensibilidad manifiesta, hecho que resulta inexcusable cuando se cuenta con un equipo de comunicación y medios donde mínimo-y a costa del erario-deberían de prepararle un discurso o marcarle lineamientos básicos a quien ocupa un alto cargo de responsabilidades públicas como lo es la conducción política y administrativa de un Estado de la Federación.
Sin embargo, si atendemos a la realidad, la lectura que puede sacarse de tan desatinado evento sobre el cual llovieron críticas muy merecidas por parte de la prensa y de los medios de comunicación nacionales y regionales es que por mucho que se critique la ínfima calidad intelectual o moral de este representante popular, hay que reconocer que en sus vicios y sus taras no es ni más ni menos que el reflejo directo de la misma sociedad que lo votó y lo puso ahí.