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El papel de las tecnologías en la reducción de la contaminación del aire y ordenamiento de la ciudad

MANUEL VALENCIA CASTRO

Una de las principales fuentes de contaminación del aire que respiramos es el transporte, que en la jerga de términos ambientales se conocen como fuentes móviles de contaminación. Que se produce por la quema de combustibles fósiles utilizados por los vehículos automotores, que emiten a la atmósfera contaminantes como los óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, hidrocarburos no quemados, dióxido de azufre, partículas en suspensión y el principal gas de efecto de invernadero el dióxido de carbono. Aunque difieren las opiniones, en general se acepta que el 70 porciento de las emisiones son responsabilidad de estas fuentes, afectando, como lo hemos dicho antes, a la calidad de vida de las personas y de los ecosistemas.

El incremento del parque vehicular está estrechamente relacionado con el crecimiento de la mancha urbana, que, como sabemos, se debe al crecimiento desordenado de los municipios de Lerdo y Gómez Palacio Dgo., y de Torreón y Matamoros en Coahuila.

La contaminación del aire por fuentes móviles tiene efectos graves en la salud: de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se causan enfermedades como el asma, bronquitis, enfisema y cáncer pulmonar. El material particulado como las PM10 y PM2.5, principal contaminante de la región, causan accidentes cerebrovasculares, cardiopatías, cáncer de pulmón y enfermedades crónicas agudas respiratorias. Una estimación de OMS en 2014, revela que en las ciudades y zonas rurales de todo el mundo se generan 7 millones de defunciones prematuras debido a la contaminación ambiental.

Es un imperativo regional disminuir los niveles de contaminación y reducir así la morbilidad causada por la contaminación del aire y mejorar la salud cardiovascular y respiratoria de la población.

Aunque ya existe un diagnóstico detallado de los tipos de contaminantes aéreos, quizás sea importante agregar la distribución espacial y temporal de dichos contaminantes.

A decir por algunos expertos en la materia, la distribución temporal intenta representar los procesos físicos y químicos que ocurren en un lapso de tiempo específico, mientras que la distribución espacial de los contaminantes, utiliza un enfoque geográfico, particularmente mapas para identificar zonas con mayor o menor contaminación (Durand y Luján, 2018). Conocer dónde y cuándo están ocurriendo mayores niveles de contaminación permite conocer también a quienes y a cuántos está afectando la contaminación. Incluso se pueden establecer correlaciones con el tipo de enfermedades que se presentan en las poblaciones posiblemente afectadas.

Lo anterior también sería importante para definir las áreas con mayores posibilidades a ser aforestadas, es decir, plantaciones de árboles donde nunca han existido.

La creación de infraestructura verde es sin duda la primera alternativa tecnológica y no costosa que puede mitigar en alguna medida la contaminación. Sin embargo, de ninguna manera se elimina, y, atacar la causa principal resulta muy complicado.

Las Naciones Unidas (ONU) nos ofrecen pautas sobre nuestra forma de vivir en las ciudades, en sus Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS). El ODS 11 dice: Conseguir espacios inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles. En esta tesitura la importancia de una Movilidad Sostenible es clave. Dice la ONU: el mundo está pidiendo a gritos la eliminación de los combustibles fósiles, la eliminación del tráfico y la apuesta a medios de transporte sostenibles.

¿Acaso hay un vehículo más sostenible que la bicicleta? Nuestra ciudad es plana y ofrece temporadas en las que se puede usar como vehículo de transporte: pero a diferencia de las obras de infraestructura para los coches, la infraestructura para bicis y peatones es prácticamente nula. Desde luego habrá personas que no puedan o no quieran la bici, por eso un transporte público digno y eficiente, dotado de tecnologías de ahorro de combustibles como la hibridación, entre otras, serían la alternativa.

Podrían desarrollarse estándares de eficiencia de combustible para coches y camiones.

El punto es bajar las emisiones y se tiene que trabajar en ello. Recomiendo revisar las propuestas que el Colectivo Ruedas del Desierto ha puesto en la mesa de las autoridades. Sería un buen comienzo. No hay romance en lo que digo ni parafraseo a Tomás Moro, porque está más cerca en el horizonte un panorama distópico.

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