Julieta Fierro, física, astrónoma de la UNAM y divulgadora de la ciencia, ofreció una conferencia para el programa “Aprendamos juntos” de BBVA y El País, donde compartió cómo desde niña llegó a la ciencia y desde muy joven descubrió que sería una divulgadora natural.
Si ustedes que leen esta columna han tenido miedo a las matemáticas, les parecen aburridas o inaccesibles, les recomiendo ver esta charla.
En ella, Julieta Fierro explica que la enseñanza de las matemáticas en nuestro país tiene malos resultados porque no se logra enseñar su verdadera utilidad. Uno de los temas claves de esta conferencia es la necesaria incursión de las mujeres en la ciencia, donde lamentablemente son minoría.
“Mi generación trató de que las mujeres que estudiábamos física destacáramos, teníamos que ser unas buenazas, ganar premios, si no, no nos iban a tomar en cuenta” comentó.
Agregó que también en la actualidad las mujeres que se meten a estudiar ciencia creen que tienen que ser muy buenas. “Tenemos la idea de nuestras mamás: ser buenas amas de casa, buenas profesionistas, cuidar al marido, cuidar bien los hijos, además de saber hacer trencitas e ir al gimnasio”.
Ella se pregunta “¿Qué les pasa a las mujeres profesionistas jóvenes? Siempre están cansadas, porque creen que tienen que ser buenas en todo. Pero no, no es necesario”. “¿Creen que lavé los trastes antes de salir de casa? No. ¿Creen que tendí la cama antes de salir de casa? No. ¿Qué me está pasando? Nada”.
Estas frases han sido reveladoras para las mujeres de nuestra edad, de distintas profesiones, que lidiamos con el deseo de destacar, pero sin dejar de lado las tareas del hogar, por mínimas que sean. Julieta Fierro nos ofrece una gran lección feminista en esta conferencia que todas las mujeres deberían escuchar (está disponible en YouTube).
En la ponencia especialmente se pronuncia en favor de que más mujeres se involucren en actividades científicas, aunque también habla de la educación científica y muestra un lado muy cotidiano y amable de la ciencia. Según Naciones Unidas, las mujeres sólo representan un tercio de la comunidad científica mundial, enfrentando una falta de financiación, oportunidades de publicación y menos acceso a puestos de alto nivel.
Y la presencia femenina en la ciencia es necesaria. Julieta Fierro recordó que la mitad de las mujeres jóvenes del mundo sufren de problemas menstruales y una gran cantidad de mujeres sufren la menopausia.
Si hubiera más mujeres en la ciencia, problemas de salud como estos y otros, como el dolor en los senos en las pruebas del cáncer de mama, serían muy diferentes. Por ejemplo, ni siquiera hay chalecos antibalas para mujeres.
“Necesitamos mujeres en la ciencia, pero para eso tenemos que cambiar las condiciones sociales para que puedan ser investigadoras, tenemos que lograrlo”, afirmó la científica.