Estamos agotando la capacidad regenerativa de nuestro planeta, poniendo en riesgo los recursos de las siguientes generaciones.
El lema del Día Mundial del Medio Ambiente del 2024 es "Nuestras tierras, nuestro futuro. Somos la generación de la restauración", y se enfoca en la restauración de las tierras, detener la desertificación y fortalecer la resiliencia frente a las sequías, haciendo conciencia sobre el daño que estamos causando a nuestro planeta y entender que estamos llegando al punto de no retorno en los límites planetarios.
Según Rockström (2009), los límites planetarios son nueve procesos del sistema terrestre que garantizan y sustentan la vida en el planeta, sosteniendo el equilibrio de los ecosistemas, tales son: cambio climático, agotamiento de la capa de ozono estratosférico, pérdida de la biodiversidad, contaminación química, acidificación de los océanos, ciclo hidrológico global y uso de agua dulce, presencia de aerosoles en la atmósfera, cambio de uso de suelos y los flujos de fósforo y nitrógeno. Actualmente, los científicos consideran que ya hemos rebasado seis de los nueve límites planetarios, lo que significa que estamos agotando la capacidad regenerativa de nuestro planeta, poniendo en riesgo los recursos de las siguientes generaciones. La devastación que han sufrido nuestros ecosistemas requiere de atención y acciones urgentes, ya que aún tenemos una oportunidad para regenerarlos.
En todo el mundo, los ecosistemas están en peligro. En la Comarca Lagunera, nos toca defender el desierto. Nuestro recurso natural más importante, el que ha dado vida a nuestra región es un río de desierto, tan particular, que ha dado identidad a las poblaciones ribereñas desde hace siglos. El Río Nazas, de cuenca endorreica y escurrimientos superficiales que nacen en los bosques de la Sierra Madre Occidental, recorre los llanos de Durango antes de llegar a la cuenca de La Laguna; este río es el detonante de una sociedad lacustre en el norte de México.
Sin embargo, el Río Nazas ha sido severamente afectado a lo largo de las últimas décadas, por falta de conciencia ecológica y deficiente regulación del uso de agua. Los ecosistemas que este río atraviesa son los entornos en los cuales habitan más de 1,342,195 personas, tan solo en la Zona Metropolitana de la Laguna, según los monitores demográficos de Implan Torreón. Todos podemos tomar acción para la restauración de nuestro ecosistema. En primer lugar, informándonos sobre el impacto que tiene el cuidado de los bosques de la Sierra Madre Occidental, en la mejora de la calidad del agua potable que desciende por escurrimientos superficiales y subterráneos a la Comarca Lagunera. Cuidar, restaurar y proteger los bosques, es garantizar los recursos en el desierto.
En segundo lugar, considerar las iniciativas de restauración de los sistemas de agua dulce, que incluyen campañas de limpieza de arroyos y lagunas, con trabajo comunitario y colaborativo para el rescate de nuestras fuentes de agua dulce.
Y una propuesta adicional, en el contexto de la restauración del suelo desértico de la Comarca Lagunera y revertir la degradación de las tierras, es conocer las especies forestales adecuadas en nuestra región, que por las altas temperaturas climatológicas y largas sequías, requiere de un proceso de reforestación cuidadoso. Recordemos que los árboles en zonas urbanas pueden enfriar el aire hasta 5° C.
Ser parte de la generación de la restauración es una gran responsabilidad. Podemos comprometernos con acciones diarias, disposición para informarnos y colaborar para cuidar nuestros recursos naturales actuales y futuros.
