La débil situación de las finanzas públicas, en opinión de expertos y ya de algunas voces de la 4T, requiere de una reforma fiscal.
¿Estaría usted, amable lector, dispuesto a darle más recursos al actual gobierno?
Para responder, habría que saber que problemas de la hacienda pública se pretende resolver con la reforma. Por ejemplo, si se revisarán, con rigor, las prioridades a las cuales ahora se asigna el gasto público, si éstas corresponden a lo que desean y requieren la mayoría de los ciudadanos, por ejemplo, mas AIFA o más Dos Bocas o mejor educación, salud y seguridad.
También se necesario saber si se va a evaluar si están logrando, y en qué medida, las metasque se fijaron,cuando se decidieron muchos de los gastos o programas actuales, y si se tomarán medidas para corregir lo que sea necesario, como por ejemplo en el caso delos excesos presupuestales del Tren Maya yde Dos Bocas, o el de nivel de cumplimiento de metas de programas como sembrando vida o jóvenes construyendo el futuro, entre otros.
Preguntaría, asimismo, si la reforma buscará investigarcon seriedad que calidad de servicios públicos, de educación, de salud, de seguridad social, seguridad pública, de infraestructura, entre otros,deseamos y porla cualestaríamos dispuestos a pagar su costo. Preguntaría también, si con la reforma se buscaría replantear a que nivel de gobierno corresponde hacer qué, es decir, revisar a profundidad las responsabilidades que corresponden a cada uno de dichos niveles, en pocas palabras si se buscaría replantear el actual pacto fiscal , obsoleto y disfuncional, que tiene a la federación repartiendo despensas y tapando baches en los municipios y descuidando funciones que solo ese nivel podría atender, como la seguridad publica , la gran infraestructura, la regulación de mercados poco competitivos, entre otras.
Otro tema que me gustaría saber de cualquier propuesta de reforma es como pretende ésta dar solvencia a las obligaciones del estado en materia pensionaria, un tema que con las reglas actuales va inevitablemente encaminado a una crisis.
En suma, debemos saber si la reforma que se proponga, antes de hablar de impuestos a recaudar, revisará, con efectiva participación de organizaciones ciudadanas, en que se debe gastar, que nivel de gobierno es responsable de hacerlo, como se evaluarán los programas y secorregirán las desviaciones que ocurrieran, que tanta transparencia habrá, que rendición de cuentas, que responsabilidades por incumplimientos, y solo una vez resueltas satisfactoriamente estas preguntas respecto al gasto, entonces veamos como pagar ese gasto y decidir que atribuciones impositivas se asigna a casa nivel de gobierno para que pueda cumplir las responsabilidades que se le asignen por ley, acordes a su naturaleza. Solo entonces, valdría la pena una reforma
Sin embargo, en las condiciones actuales, con un grupo gobernante que puede hacer lo que se les ocurra con las Constitución y las leyes, que se niega a escuchar otras voces que no sean las suyas, que está destruyendo las instituciones autónomas que brindaban algo de transparencia para defendernos ante abusos del poder, ante un gobierno que busca más opacidad e impunidad, ante un gobierno así,no podemos aceptar darle más recursos, mejor salirnos del pacto federal.