Advierte especialista sobre riesgos del uso clandestino de misoprostol
En el ámbito de la salud reproductiva, el uso de pastillas como el misoprostol para interrumpir embarazos de manera clandestina se ha convertido en una preocupación creciente, sobre todo por su venta ilegal en farmacias sin que se solicite una receta médica.
El Doctor Antonio Ledezma advirtió sobre las graves complicaciones que pueden derivarse de este uso no supervisado, siendo la más crítica las hemorragias severas que pueden llevar a la muerte de la mujer embarazada.
El misoprostol, originalmente diseñado para tratar afecciones gástricas como la gastritis y las úlceras, se vende ilegalmente en farmacias a precios que oscilan entre los 800 y los mil 600 pesos; sin embargo, su uso para abortar presenta riesgos significativos, especialmente cuando no se realiza bajo la supervisión de un profesional médico.
"Lo más delicado y grave es la hemorragia que produce, este riesgo es lo principal y por eso es crucial el seguimiento con un médico", señaló Ledezma.
El uso de misoprostol puede inducir un sangrado abundante que, si no se controla adecuadamente, pone en peligro la vida de las mujeres.
Al expulsar el producto del embarazo, es común que queden restos placentarios en el útero, lo que provoca un sangrado intenso.
"La hemorragia obstétrica es la principal causa de mortalidad materna. El sangrado excesivo puede llevar a un choque hipovolémico y, en casos extremos, a la muerte debido a la pérdida de sangre", añadió el médico.
En contraste, los Hospitales Generales ofrecen abortos seguros donde se proporciona atención especializada y Coahuila es uno de los estados en donde dicha práctica no está penalizada, por lo que pueden acudir a solicitar el servicio médico de manera gratuita.
"Lo ideal es realizar el aborto en un entorno hospitalario bajo la supervisión de un médico especialista que utilice ultrasonido para asegurar que no se trate de un embarazo ectópico. El seguimiento hospitalario es crucial para minimizar riesgos", explicó Ledezma.
De igual manera, indició que la normativa médica establece que las pastillas para abortar pueden usarse de manera segura hasta las 12 semanas de gestación, después de este periodo, el riesgo de complicaciones aumenta significativamente, y los procedimientos suelen requerir un legrado entre las 12 y 20 semanas de embarazo.
Por otra parte, uno de los mayores obstáculos es el estigma asociado con el aborto, que lleva a muchas mujeres a evitar buscar atención médica adecuada. "Algunas pacientes no quieren ir al hospital por miedo a ser identificadas; sin embargo, recibir atención médica es lo más seguro", enfatiza el doctor.
Para las pacientes mayores de edad, el proceso es completamente confidencial y no se les pregunta sobre sus motivos para interrumpir el embarazo. Las menores de edad, por otro lado, deben estar acompañadas por un adulto.
En cuanto al acceso clandestino a misoprostol se facilita en farmacias no afiliadas a cadenas comerciales, y su venta se extiende incluso a plataformas en línea como Facebook.
Aunque su venta debería estar controlada y requerir receta médica, la realidad es que el misoprostol se vende de manera desregulada y a granel.
"El control del misoprostol no es tan estricto como el de ansiolíticos o antidepresivos. Se vende sin justificación médica adecuada, lo que agrava los riesgos para las mujeres que recurren a este método clandestino", finalizó Antonio Ledezma.
