Creen los intelectuales, o los grandes pensadores de los medios y la dirigencia de la FMF que a veces, la clase media es incapaz de afrontar la realidad, porque sencillamente existe en ellos mucho de escapismo y frivolidad y de plano, se van convirtiendo en lo que piensan. El Rose Bowl de Pasadena tuvo tribunas vacías y solo un 25% de asistencia, cundo por años han visto llenos y fortunas en dólares que dejan los paisanos en USA, que van por nostalgia y porque destellan ilusiones. Está claro que eso terminó, la gente no es ilusa.
¿Cómo puedes pensar en avanzar si no enfrentas a rivales de jerarquía?. A un mundo de personas irritadas, hastiadas, que viven una esfera de pasiones, no se les puede exigir prudencia o serenidad. Javier Aguirre lo sabe muy bien y por ello pone los pies en la tierra, pues se le avecinan tiempos de mucho trabajo y acomodo, luchando contra medios que le señalan y una afición que se resiste. El DT sabe que primero, debe derrotar a muchos demonios particulares.
Es claro que el futbol actual no se puede entender con alma limpia, pues siempre le cabe la especulación, la duda y de cuando en cuando, la tormentas, Para su momento, Aguirre despreció a Pity Altamirano que estaba como navaja y era el mejor lateral derecho pero aduciendo motivos de disciplina, nunca revelados, llevó a Alberto Rodríguez del Pachuca, que sólo era un carrilero de medio nivel. Igual a Bautista y Franco, que al final fueron solamente petardos en el Mundial. Los técnicos siempre tienen su bandera y se juegan con ella pero los perfumes de ayer, no siempre sobreviven. La gente no les cree.
El otoño es una época donde las ideas mejoran en un entorno de reflexión pero también es tiempo de melancolía y nuestra afición local se enfoca a menudo en tantos logros obtenidos por su equipo, incluso se les estimula con goles y trofeos que se recuerdan con cariño y los publican en redes, quizá para devolver el ánimo de los santistas, que se ha ido evaporando con la actualidad del cuadro de Ambriz, cuando a ese grupo le falta el futbol y la inspiración como si fuera una lotería impredecible. Ante esos panoramas de pena y desolación, ¿qué hace?. Pues voltear al beisbol para admirar al monstruo Othani, que es un atleta fuera de lo normal.
Dio su cuadrangular 48 y ahora amenaza para terminar la temporada (quedan tres semanas) con 50-50 y quizá mucho más. De esa forma estaría ubicándose en el grupo de los Acuña, Soriano, Alex Rodríguez, José Canseco, Barry Bonds pero el superastro de Dodgers aspira a más, Verle es un espectáculo pues se trata de un fenómeno.
Es claro que la melancolía nos proporciona un mejor aprecio de los bellos momentos vividos pero cuando uno ve a grandes del montículo que ahora están en claro declive o en desgracia, los fans se resisten a creerlo, como a Verlander, que ha tenido más lesiones que un hombre en guerra y solo compila u pobre 3-6 con Houston, lo mismo le sucede al gran Cleyton Kershaw cuyo brazo ya ha perdido potencia.
“Nada es eterno en el mundo”, solía decir Tony Aguilar. Los perfumes de ayer siempre viven reforzando la voluntad nerviosa pero el beisbol va con el tiempo y va dejando detrás suyo un campo a heridos y muertos sin poderlos llevar consigo.
Los grandes peloteros son como agua de río que pasa bajo el puente. Antes, los aplausos eran para hombres de gran porcentaje de bateo como Carew y Cabrera, hoy son para Luis Arráez, venezolano de Padres que busca el tercer cetro al hilo, perseguido por otro latino, Ozuna, de Atlanta. Hoy de los viejos héroes se habla en voz baja de su escasa producción, pues son almas torturadas y a los actuales les miran la fé de los héroes.