Querido nieto Julián Sánchez Tovar: Primero, debes saber que el futbol no se puede entender con alma limpia. Tus ojos reflejan todo lo que tu alma lleva consigo, porque naciste a este juego con los grandes planteles santistas y los campeonatos y es normal que cuando quieres tener nuevas ideas, leas viejos libros o porque tu mente vaya brindando las añoradas imágenes de las batallas, donde el delirio capitaneaba la emoción del gentío y la felicidad reinaba.
Estos, los actuales, son otros tiempos y los fans como tú tienen la inquietud de escucharse a sí mismos. Dicen que escuchar es un arte, hijo. Por eso es bueno que leas a Pablo Neruda (1904-1973) que no sólo fue un gran poeta y político chileno, sino también un pensador de largo alcance, de esos que miran más allá de lo que los comunes vemos.
El dijo: “La poesía nace del dolor y la alegría es un fin en sí misma”. Y es claro, la gente entra al mundo del futbol creyendo en diversión, sin darse cuenta que ingresa a un remolino donde las circunstancias y los fantasmas están siempre al acecho, como vampiros que aguardan por víctimas.
El futbol no tiene palabra, es como una estrella del rock que lo mismo controla a las masas o que les brinda bajones con tendencias que nos llevan a conocer la mediocridad muy de cerca, no por afanes de compensar, sino porque esta pasión sin freno es como la vida misma, que igual te lleva de la lotería del destino hacia los rincones donde abundan los malos olores y siempre, Julián, habrá distancia entre las palabras y las cosas.
Así como antes viste a tu Santos Laguna orgulloso y triunfador, te toca mirar la otra cara de la moneda y no es una prosa lírica o hipotética, sino que son las violencias y traumas de la época.
Y también ésto servirá en tu formación. Ya no eres el chico de pantalón corto y playera del Santos, ahora eres universitario y estás, como mucha gente, en la oportunidad de seguir dando tu cariño a los colores locales porque podrás admirar como lo haces, al Barcelona, al Inter o a Manchester City pero primero está el equipo que originó tu pasión.
Es sencilla la posición de muchos, porque buscan el culpable antes que las causas y repasan nombres como para enviarlos a la guillotina de Robespierre, en su época del terror de la revolución francesa (1793-1794) cuando se debe comprender que hay una responsabilidad en todos los frentes: jugadores, técnicos y los dirigentes, todos tienen algo qué ver y después de la autocrítica, cada cual sabrá cual es su responsabilidad.
Aunque murió hace 51 años, Neruda sigue vigente. Es un goleador de la vida y si la alegría es un fin, esa va a regresar. Ayudemos Julián, a derrotar primero a los demonios particulares y luego a expulsar al viejo ministro de las sombras que nos acechan. Recuerda hijo querido, que detrás del futbol, está la vida.