El secretario de Salud estatal dijo que es necesario que la población no baje la guardia y continúe con las acciones preventivas. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Coahuila se encuentra en el lugar número quince a nivel nacional en incidencia de dengue, informó ayer el secretario de Salud del estado, Eliud Felipe Aguirre Vázquez.
El funcionario dijo que si bien, no se trata de una situación alarmante en la entidad, sí es necesario que la población no baje la guardia y continúe con las acciones preventivas, sobre todo porque en los últimos años, el mosquito del género Aedes aegypti, se ha ido adaptando a climas templados.
"Año con año las cepas van mutando, yo tengo memoria de hace seis años, siete años, en las zonas altas no había dengue, por ejemplo nosotros allá en Saltillo, era bien raro tener dengue porque es una zona muy alta, ahora, año con año, las cepas se van adaptando a las alturas, y hemos tenido (casos)", declaró el funcionario.
Agregó que la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) les avisa que la transmisión del dengue es cíclica y que cabe esperar grandes brotes cada 3 o 4 años; por ello, este 2024 hubo un aumento importante de infecciones, no nada más en el estado de Coahuila sino en todo el territorio mexicano.
"Actualmente nosotros andamos en el lugar 15 de los 32 estados que existen en la República Mexicana, en incidencia y en el número de casos, tenemos el número 15, estamos a la medida, o sea, no es una cuestión alarmante, más sin embargo no podemos bajar la guardia, tenemos que continuar haciendo nuestro reforzamiento para que ya no aumente, no se debe de confiar la población.
La cepa se adapta a los climas, lógicamente va a bajar, tiene que ir bajando porque empieza la onda fría, bajan las lluvias, bajan los encharcamientos", señaló.
La OMS dice que el aumento del riesgo de propagación de la epidemia de dengue se debe a varios factores, entre ellos los cambios en la distribución de los vectores (principalmente Aedes aegypti y Ae. albopictus), sobre todo en países donde antes no estaba presente la enfermedad, las consecuencias de los fenómenos relacionados con El Niño en 2023 y con el cambio climático.
Resaltan el aumento de las temperaturas y los niveles elevados de precipitaciones y humedad, la fragilidad de los sistemas de salud durante la pandemia de COVID-19; la inestabilidad política y financiera de los países que afrontan crisis humanitarias complejas, y los elevados movimientos de población. Estos factores dificultan asimismo la respuesta a la epidemia y aumentan el riesgo de propagación a otros países.