(FOTO: ARCHIVO/ESPECIAL)
El arquitecto mexicano Alejandro Arredondo asumió la coordinación de un equipo encargado de mapear Notre Dame tras el devastador incendio del 15 de abril de 2019. Con escáneres 3D y drones de alto rendimiento, su labor permitió crear una maqueta digital precisa del templo, fundamental para planificar su reconstrucción.
"Consistió en tomar medidas y recorrer todos los espacios, tanto por dentro como por fuera, incluso aquellos prácticamente inaccesibles tras el incendio", explica el arquitecto originario de Coacalco, Estado de México. Este modelo digital ayudó a restaurar las áreas destruidas, respetando la complejidad y el carácter histórico de la catedral.
Arredondo, quien llevaba dos años viviendo en París al momento del siniestro, recuerda la tristeza compartida con los franceses al ver el templo en llamas. Sin saberlo, aquel día cambiaría para siempre su vida profesional: "Nunca imaginé que ese momento definiría mi trayectoria", comenta en entrevista con EFE, a días de la reapertura oficial de la catedral el pasado sábado.
Por entonces, apenas tenía unos meses trabajando para una de las empresas seleccionadas en este proyecto monumental, que combinó tecnología de vanguardia con técnicas tradicionales como la cantería y la carpintería, en una restauración estimada en 700 millones de euros.
El mapeo comenzó pocos días después del incendio, en un escenario complejo por la falta de accesibilidad y los riesgos para la salud. "Tras la caída del techo, una nube de plomo tóxico rodeó la catedral, lo que nos obligó a usar trajes de protección y mascarillas especiales", relata.
El trabajo de su equipo principal se extendió hasta 2021, aunque continuaron colaborando en intervenciones puntuales hasta este mismo 2024. Para Arredondo, esta experiencia fue única: “Fue un proyecto que ocurre una vez en la vida y, sin duda, el más importante de mi carrera”.
Egresado de la Universidad de Monterrey y con estudios en Barcelona, Arredondo subraya la importancia de la fidelidad en una restauración de tal magnitud: "No todos los muros están rectos ni las ventanas son perfectamente redondas en un edificio con más de 850 años. Esta renovación merece ser lo más fiel posible a la realidad".
Además de ser un reto técnico, el proyecto tuvo un impacto emocional para Arredondo, quien se sintió orgulloso de representar a México y Latinoamérica en una misión que, para Francia, fue una cuestión de Estado. "Notre Dame es más que un edificio; es un símbolo que une a las personas.
Admiro profundamente a todos los que participaron y cómo cada uno dio lo mejor de sí mismo", asegura.
A solo cinco años y medio del incendio, la reconstrucción de Notre Dame está lista para su reapertura, un logro que asombra incluso al propio Arredondo: "Es increíble lo que se ha logrado en tan poco tiempo. No cualquiera puede hacer algo así".
La reapertura de este ícono gótico es testimonio del esfuerzo colectivo de expertos de todo el mundo, entre ellos un arquitecto mexicano que dejó su marca en uno de los proyectos de restauración más emblemáticos de la historia moderna.
