Manifestación. De nueva cuenta la 'marea rosa', integrada por miles de ciudadanos, se apropió del Zócalo de la Ciudad de México, esta vez 'en defensa de nuestra democracia'; Lorenzo Córdova, exconsejero presidente del INE fue el principal orador. (ARCHIVO)
Lorenzo Córdova Vianello, exconsejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), acusó al presidente Andrés Manuel López Obrador de querer destruir la escalera que lo encumbró en la Presidencia de la República y de encabezar un "proyecto de regresión autoritaria".
Sin mencionar el nombre del Mandatario federal, aseguró que "desde el poder" se busca destruir sistemáticamente la democracia y las instituciones constitucionalmente autónomas de México. "Hoy todo esto está bajo amenaza", enfatizó.
"Nos pasamos más de 40 años construyendo una escalera para que quien tuviera los votos pudiera acceder al primer piso y hoy, desde el poder, quien llegó a ese primer piso por la libre voluntad de la ciudadanía pretende destruir esa escalera para que nadie más pueda transitarla", declaró.
En el Zócalo capitalino, ante cientos de miles de asistentes que llenaron la Plaza de la Constitución con motivo de la Marcha por la democracia, Córdova Vianello recordó que hace apenas cuatro décadas en México no había elecciones libres y democráticas: "Eran tiempos de un pensamiento único y de ejercicio autoritario del poder. Había un partido hegemónico y autoritario".
Por lo anterior, advirtió que hoy "estamos frente a un proyecto se regresión autoritaria. No se trata de especulaciones o de falsas alarmas, ahí están las iniciativas. Se busca desaparecer a los órganos autónomos para que las tareas vuelvan al Ejecutivo tal y como sucedía hace 30 años cuando estaba a cargo de una Presidencia autoritaria", sentenció Córdova Vianello al mismo tiempo que los asistentes gritaron: "¡Narcopresidente, narcopresidente!".
El exconsejero aseveró que "no se vale exigir reglas de equidad y condiciones justas en la competencia política siendo oposición y violarlas sistemáticamente siendo gobierno", y advirtió que lo que actualmente está en riesgo son las condiciones necesarias para votar en libertad, así como las instituciones autónomas.
Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador celebró que se realizara ayer la llamada Marcha por la democracia porque, dijo, esto demuestra que vivimos en un país auténticamente democrático, como no se veía desde hace mucho tiempo.
Sin embargo, en entrevista, el jefe del Ejecutivo federal arremetió contra los asistentes, al calificarlos de "alcahuetes", en especial los intelectuales que se quedaron callados en "los fraudes" en su contra de 2006 y 2012.
Al término de la entrega del templo de San Antonio de Padua, rehabilitado tras las afectaciones del sismo de 2017, el presidente garantizó que no intervendrá en las elecciones porque ya se acabaron los tiempos de las elecciones de Estado.
Ante los señalamientos de que en su gobierno la democracia está amenazada, el Mandatario federal reviró: "Es la democracia de ellos, la de los oligarcas, la de los ricos, la democracia de los corruptos. Nosotros lo que queremos es que haya la democracia del pueblo, o sea, no queremos poder sin pueblo".
A bordo de su camioneta, destacó que el próximo 2 de junio está garantizado voto "libre, secreto y democrático" de los mexicanos, dijo.
López Obrador señaló que en su gobierno ya no hay fraudes electorales como había cuando "dominaban los del PRIAN".