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Abuso policial

Asegura que su hijo es inocente y pide justicia

Claudia Araceli Agüero relata el calvario de su hijo Jesús Alfredo, a quien acusan de feminicidio, el cual afirma no cometió

La señora cuenta que el 16 de enero llegaron unas cuatro camionetas a casa de su mamá, ya que su hijo vivía con ella, pero reconoció que uno de sus sobrinos alertó a Jesús Alfredo.

La señora cuenta que el 16 de enero llegaron unas cuatro camionetas a casa de su mamá, ya que su hijo vivía con ella, pero reconoció que uno de sus sobrinos alertó a Jesús Alfredo.

MARY VÁZQUEZ

“Los golpearon mucho para que se culparan y dice mi hijo que cuando los llevaban al Cereso, ellos mismos decían: ‘estos güeyes no son, pero pues ya los cargó la chingada’ y les decían: ‘si no hablan, los van a violar, les van a meter un palo’ y el otro muchacho lloraba mucho y fue cuando empezó a gritar que él había sido”, relata Claudia Araceli Agüero sobre el calvario de su hijo Jesús Alfredo, a quien acusan de feminicidio, el cual afirma no cometió y que desde el inicio el proceso judicial ha estado plagado de irregularidades.

INICIA CALVARIO

El hecho ocurrió en el ejido Margaritas del municipio de Viesca luego de que una joven de 17 años apareció sin vida el 16 de enero, un día después de que se celebró un baile, hace dos años.

Claudia relata que desde el inicio, la Fiscalía del Estado de Coahuila incurrió en una serie de irregularidades y pese a que las pruebas no inculpan a su hijo quien en ese entonces tenía 19 años de edad, las autoridades, incluso la misma defensora de oficio que le asignaron, trataron de presionarla para aceptar un juicio abreviado para que la pena máxima fuera de 26 años y no más de 60 que dice le tocarían de cárcel por el delito, pero no aceptó, ya que dice la misma abogada aceptaba que no “había nada”.

La señora cuenta que el 16 de enero llegaron unas cuatro camionetas a casa de su mamá, ya que su hijo vivía con ella, pero reconoció que uno de sus sobrinos alertó a Jesús Alfredo, que lo andaban buscando “trocas blancas”, ya que las unidades no tenían logotipos oficiales de la Fiscalía del Estado, por lo que este se asustó y decidió “subir al cerro” alrededor de las cinco de la tarde para llegar a la casa de su hermana (tía del joven), pero en el trayecto su hijo se fue comunicando con ella.

Al no encontrarlo, los “ministeriales” llegaron a la casa en la madrugada para “reventarla y revolvieron todo”, ya que dice destrozaron la puerta, quebraron vidrios, esculcaron cajones, quebraron un closet y se llevaron “lo que quisieron”.

Tras ese hecho, Claudia cuenta que decidió presentar a Jesús en las oficinas de la Fiscalía del Estado, en el municipio de Matamoros, pero la persona que la atendió revisó el registro y primero le dijo que no había una orden de aprehensión, pero luego se percata de que el oficial observó una fotografía en su celular y luego le dijo que sí era requerido, pero solo para un interrogatorio y lo metieron a una oficina y ya no supo de él.

Las horas pasaron y una persona que como ella esperaba le aconsejó que acudiera a la Comisión de Derechos Humanos y una abogada acudió a Matamoros pero le dijeron que ya no estaba, luego se trasladaron al Centro de Operaciones Estratégicas (COE) ya que se enteró que lo habían puesto a disposición por posesión de narcóticos, pero también negaron que se encontraba ahí, pero se entera que el caso del joven lo lleva un ministerio público asignado a las oficinas de Torreón, lo que dicen que les pareció raro si los hechos ocurrieron en Viesca.

Claudia platica que, al ver que con la abogada de oficio el caso no avanzaba, decidió contratar los servicios de otro litigante y así fue como fueron enterándose de que el proceso estaba muy “manoseado” y el licenciado logró comprobar inconsistencias en las pruebas que tenían para inculpar a su hijo.

EXPEDIENTE

Salvador Carrillo es quien ahora lleva el proceso y asegura que, lo primero con lo que batalló fue que se le facilitara el expediente, pero se fueron presentado algunas trabas para impedir que realizara su trabajo. Entre los descubrimientos que hizo fue que la orden de aprehensión para inculparlo del feminicidio supuestamente se la entregaron al joven estando en el Cereso, ya que lo encerraron por posesión de droga, según una declaración del oficial que lo sorprendió con la droga pero dijo que hasta el momento no se ha podido acreditar que su cliente recibió el documento.

“Lo internan en el Cereso pero cuando ya está adentro le notifican la orden de aprehensión por feminicidio y violación, el policía dice que le lee los derechos y justamente el lunes el abogado defensor demostró que no es cierto, no hay forma de demostrar que entregó esa orden de aprehensión, porque luego dijeron que lo quiso sacar de la calle y luego el patio”.

SIN PRUEBAS

El abogado comenta que, durante todo este tiempo ha habido una manipulación de las autoridades, ya que insiste en que no hay una sola prueba que incrimine a su defendido.

Al principio, sus alegatos fueron en torno a acusaciones de la supuesta relación que había entre Jesús y la joven, pero asegura que lo detuvieron porque la víctima era conocida de su mejor amigo y ese día fue por él, fue por Jesús en una motocicleta para acudir al baile y lo regresó a su casa y se “agarraron” de que andaban juntos para acusarlos a los dos del crimen, pero reitera en que una a una han “tumbado” las pruebas.

Señala que ahora se “sacaron de la manga” el dictamen telefónico donde se rastrearon las llamadas y pretenden inculpar al joven por la hora del fallecimiento de la víctima, el cual alegan fue a las 12:57 de la madrugada del 16 de enero, pero resulta que en el rastreo de la llamada, la señal se detecta en el diámetro de alrededor de 200 metros entre las antenas que están en el área, lo que los especialistas en telecomunicaciones conocen como “ojo de pescado” y en ese diámetro se encuentra justamente el punto donde se realizó el baile. Además, el monitoreo de las llamadas se hizo del 15 al 17 de enero y en el dictamen no aparecen las que Jesús hizo a su madre cuando se cruzó por el cerro para llegar a casa de su tía.

“Es justamente donde se realizó el baile y eso no quiere decir que haya estado a un lado del cuerpo, pero la teoría que ellos tienen para inculpar es función a la hora en la que aseguran hizo la llamada, pero comprobamos que en el Semefo no se estableció la hora en la que la jovencita murió. Le dijimos al perito que por qué no se estableció la hora y la respuesta fue que no se lo pidieron, pero la otra pregunta que se le hizo fue; ¿el protocolo no lo exige? Y la respuesta fue que no, que si el agente del ministerio público no se lo pide, no está obligado a hacerlo, entonces otra pregunta fue; ¿la autoridad que está estableciendo una teoría en base a una hora no se lo pidió? Y la respuesta fue que no”, relata.

El abogado asegura que ahora con el peritaje en telecomunicaciones nuevamente pretenden manipular todo, aunque ya están a punto de dictar sentencia y aunque se dice confiado de demostrar la inocencia de su cliente, decidieron hacer públicos los vicios que imperan en la impartición de justicia.

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