Jean-Claude Van Damme. (ESPECIAL)
Jean-Claude Van Damme, el actor belga que protagonizó decenas de películas de acción en los años 80 y 90s, reconocido por su práctica de las artes marciales ha tenido serios cambios en su físico y la fama que lo acompaña.
Van Damme se ha mantenido en la cultura popular a través de memes, películas y series, lo que se suma a que apenas cumplirá los 65 años de edad el próximo 18 de octubre, mientras otras estrellas de acción como Sylvester Stallone o rozan los 80 años.
Medios internacionales han documentado su vida, siendo niño era débil por lo que su padre lo inscribió a clases de karate, al tiempo que le decía a su madre que quería ser una estrella de cine. A los 18 años abrió un gimnasio y cuatro años más tarde dio el salto de Bélgica, su hogar natal, a Estados Unidos, justo a Hollywood.
En América, alcanzar el sueño pasó por ser repartidor de pizza, conductor de limusinas, limpiador de alfombras e instructor de aerobic, mientras a su paso dejaba fotos y curriculums a la espera de un llamado.
Sus primeros papeles fueron muy limitados, llegando a aparecer sin nombre solo con una descripción, hasta que por la calle se cruzó con el productor Menahem Golam, que catapultó a Chuck Norris al estrellato, por lo que le demostró sus proezas físicas y así le llegó su deseo, alcanzar la fama y a partir de ahí interpretaría a “tipos duros estadounidenses”, como lo describió el diario El País.
Con Street Fighter, basada en el videojuego tuvo el sueldo más alto de su carrera, 6 millones de euros, pero desde tiempo atrás venía arrastrando problemas maritales y físicos.
En los 90s se separó de su tercera esposa, la modelo Gladys Portugues, luego de conocer a la actriz Darcy Lapier y luego tuvo un romance con la cantante Kylie Minogue.
A sus relaciones se sumó el hecho de que sufría vigorexia, un trastorno mental donde la persona se obsesiona con su cuerpo y por el que hacía constantemente ejercicio.
Mientras intentando igualar el salario de Jim Carrey, fue vetado y puesto en una lista negra por los estudios luego de solicitar que le pagaran 50 millones de euros por hacer tres películas.
A la vigorexia, su problema con los estudios y sus relaciones, se sumaron otros de salud mental, de adicciones (a la cocaína) y de excesos de gastos hacia su familia y sus parejas. En un momento Lapier lo denunció por haberla golpeado.
A ello le siguió el descuido de su físico y pese a intentar sobresalir en el cine, sus películas dejaron de ser vistas. Sobre su persona reflexionaría con el thriller francés JCVD (2008) y esta vez volvería a la memoria a través de la nostalgia y criticando su periodo ultramasculino.
En la actualidad, se mantiene cercano a su familia, al tiempo que tiene años que volvió con Portugues. A principios del 2025, protagonizará la nueva película del director de cine francés David Charhon, Le jardinier, interpretando a un jardinero con una identidad oculta y que debe mantener a una familia con vida luego de que esta apareciera en una lista negra del gobierno.
El físico que exhibe en redes sociales como Instagram rememora a sus primeros papeles protagónicos y es un ejemplo también cómo levantarse de nuevo de una caída.