Para detectar talentos en el futbol se necesita tener la sensibilidad y la intuición de futbolista al cien, aunada a otras características como haber jugado futbol, anticiparse mentalmente a las jugadas, tener la visión panorámica y ver el campo con un sentido de la estrategia y sistema del juego.
El visor tratara de colocarse en un lugar a cierta altura, sin distracción y sin interrupción, desde donde se vea bien toda la extensión de la cancha a lo largo y a lo ancho, cuaderno y pluma en mano, poniendo atención a cada detalle y observar gran parte o todo el partido. Al final de este, ya tendrá plenamente identificados y calificados a los jugadores y seguro ya tendrá en su lista a uno, dos o hasta tres en el mejor caso. Para facilitar la labor de un visor, los jugadores deben portar número en playera y short, ya que al final de la practica o partido, el visor se acercará con discreción a los anotados para hacerles algunas preguntas o una pequeña entrevista para definir el perfil general del prospecto.
¿Cuáles son tus gustos?, ¿por qué estás aquí?, ¿qué es para ti el futbol y qué esperas de él?, ¿cuánto tiempo le dedicas a esto?, ¿cuanto más estás dispuesto a dedicarle? Hablará con él sobre su experiencia y logros, sus hábitos de sueño y alimenticios, así como su escolaridad, relaciones familiares, estatus económico y más, para hacer el diagnóstico y programar su probable integración a un grupo más selecto y competitivo, dónde él verá si tiene la capacidad de adaptación a un nivel semiprofesional.
Llegando a este punto, tendrá otras pruebas que deberá cumplir: físicas, médicas y psicológicas, y tendrá que acatar con orden, disciplina, puntualidad y respeto las reglas de la institución a la que podría representar en el futuro. Volviendo al tema de los visores, ellos se manejan por resultados, ya que finalmente no todos sus prospectos podrían llegan al profesionalismo; mientras más elementos observados y reclutados por el visor lleguen a primer nivel, aumenta el prestigio que este recibe, así como su reconocimiento en el medio.
Muchas veces algunos futbolistas de mucha calidad tienen un tope en exigencia o presión, y decaen en su rendimiento cuando la situación se pone difícil; por otro lado, hay jugadores de nivel promedio que a mayor presión se subliman, por lo que esos casos se deben trabajar y valorar psicológicamente.
El visor no debe hacerse amigo de sus prospectos, mucho menos si llegan a la profesionalidad, deberá guardar distancias ante ellos, así como tampoco aceptar recomendaciones, ni sugerencias, mucho menos dádivas ni retribuciones económicas. Hay muchas ‘joyitas’ perdidas en el llano, otras más esperando ser encontradas en las escuelas, los barrios, las ‘canchitas de colonia’ y cada día surgen más, por ahí hay escondidos aún genios que solo hace falta detectar y pulir como un gran diamante.