Atrapado en los 70’s
Una de las añoranzas de los setentas es la forma de los jóvenes o adolescentes que vivimos esa época para conseguir nuestra música en físico, es decir, en disco o acetato.
La verdad éramos muy jóvenes y dependíamos de nuestros padres, pero algo en común es que conseguíamos dinero para ir a la tienda de discos a comprar un buen vinyl para tocarlo en la consola de la casa, que por lo general eran muebles de madera, con una puerta que abrías hacia arriba y ahí, abajo de esa puerta, estaba la radio y la tornamesa, con sus dos potentes bocinas para reproducir a través de una punta hecha de diamante o zafiro los surcos del acetato en sus dos lados que emanaban ese sonido estereofónico, o en su caso mono, cuando ambos lados del surco tienen el mismo grabado.
En verdad que teníamos que luchar por tener el éxito del momento en nuestras manos.
Algunos compañeros tenían la suerte de que les daban sus cinco pesos de "domingo " y con eso se iban a la tienda de discos y se hacían de su colección de vinilos.
Una muy mala costumbre en ese tiempo, y que hasta ahora me doy cuenta, es que prestábamos los discos y cuando nos los regresaban, ya estaban "rayados" o con la funda maltratada, o en el peor de los casos, nunca los volvimos a ver. Recuerdo con nostalgia el "Double Fantasy" importado, que adquirí días antes del lamentable asesinato le Lennon y lo presté y jamás lo volví a ver, actualmente aparte del valor sentimental debe tener un altísimo valor para coleccionistas, por ser primera impresión.
En la secundaria, allá a mediación de los años setentas empezó a escucharse y ponerse de moda la música disco, y nosotros los adolescentes de aquella época reproducíamos y escuchábamos nuestra música en "Grabadoras", o en radios portátiles donde escuchábamos la señal de A.M. que era la única onda sonora que se transmitía en la Comarca Lagunera, dónde apenas se asomaba a finales de la década la F.M. que era una frecuencia modulada donde se podía reproducir la música con mucha mejor calidad de sonido.
Usábamos el casete, que no es más que una cinta magnética en dos rodillos que van de ida y de vuelta y dónde se podía "grabar" lo que la radio reproducía en vivo. Y ya luego la reproducíamos en la "grabadora".
Recuerdo con añoranza algunas tardeadas donde se tocaba la música disco por parte de un compañero de secundaria, quien a sus catorce años tenía un "sonido", como se le llamaba a un equipo donde se reproducía música a alto volumen para fiestas, pues bien mi amigo se las ingeniaba y mezclaba entre discos y casetes para dar a la fiesta una música sin pausas, teniendo un equipo muy rudimentario donde conectaba sus grabadoras y los tocadiscos caseros y el mismo hacia sus cajones con bocinas y tweters, para amenizar las tardeadas a sus 14 años.
Añoranzas de la década de los setentas donde se nos criticaba por la música que escuchábamos, pero que a la fecha son grandes clásicos que siguen vigentes, ya sea en los soundtracks de películas actuales o en las redes sociales.
En la comarca lagunera existe un vacío en la radio para la gente que disfrutamos la década de los setentas en nuestra juventud o adolescencia.
Y hablando de la radio amigos lectores que nos siguen, la invitación este miércoles 27 de noviembre, a las 20:00 horas en el programa de expresión cultural en radio universidad, estaremos ampliando el tema de la radio y de los éxitos de los setentas, en una plática amena donde estaremos recordando con añoranza esa década maravillosa en nuestras vidas.
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